El tribunal que estuvo a cargo del juicio también ordenó que se habrá una investigación al condenado por presunta violación que pudo haber cometido contra el niño, de 4 años en el momento de su muerte.
Asimismo, los jueces dispuso que se abra otro proceso penal contra el padre del niño por presuntas omisiones y negligencias en su cuidados, mientras que la madre se encuentra prófuga y con una orden de captura vigente.
Los hechos ocurrieron el 15 de junio de 2024, cuando la madre del niño dejó al niño en su vivienda a cargo de su entonces pareja, quien poco después llamó a la madre para informarle que lo había encontrado sucio.
Ella le pidió que lo limpiara y, minutos más tarde, recibió un mensaje en el que el ahora condenado le decía que el pequeño “se le cayó”, que presentaba golpes en el rostro y que lo había acomodado en la cuna, pero que no reaccionaba.
Ambos acordaron encontrarse en un punto intermedio para llevarlo a un centro médico, pero el menor llegó al hospital sin signos vitales, y no respondió pese a que los intentos por reanimarlo se extendieron por más de veinte minutos.
De acuerdo con el informe de autopsia médico-legal, la causa de muerte fue violenta, producto de politraumatismos provocados con un objeto contundente.
La forense que examinó el cuerpo determinó que las lesiones fueron ocasionadas poco antes del deceso, y la autopsia también reveló lesiones en las partes íntimas del niño, lo que hizo presumir un posible episodio de abuso sexual.
Además, se evidenció la presencia fluido biológico del procesado en el pantalón que el pequeño vestía el día de su muerte y un análisis de ADN identificó el perfil genético del niño en prendas de vestir del sentenciado.
Durante el juicio, la fiscal del caso también demostró que la víctima era objeto de maltratos. Entre las pruebas presentadas constan las transcripciones de los mensajes de voz enviados por la madre del niño al sentenciado, en los que se evidencian insultos y gritos a su hijo.