“En este contexto, hablar sobre la necesidad de aumentar algún tipo de presión, es otra prueba más de que de momento, y por desgracia, en las capitales europeas prefieren orientarse a proseguir la guerra”, aseguró Dmitri Peskov, portavoz presidencial, a la prensa local.
Según él, la parte rusa sigue “centrada en los esfuerzos en curso para llevar el diálogo a una solución pacifica”.
Las palabras de Macron se referían al deseo de imponer un alto el fuego duradero, algo que es imposible sin el acuerdo de Moscú, que continúa bombardeando ciudades ucranianas y cuyas tropas siguen avanzando para hacerse con más territorio.
El lunes el presidente ruso, Vladímir Putin, propuso una tregua de tres días para mayo, a lo que Kíev respondió con una contrapropuesta de 30 días que el Kremlin rechazó.
Las cancillerías europeas y Ucrania temen que Estados Unidos quiera abandonar las negociaciones para poner fin a la guerra, hartazgo que ha sido expresado por el presidente de EE.UU., Donald Trump, en varias ocasiones a través de recientes ultimátum.
Por ello, intentan convencer a Putin para que acepte un cese de las hostilidades, a lo que se ha negado hasta ahora, aduciendo que sólo servirá para que el enemigo se reagrupe y se rearme.
La Casa Blanca informó el lunes que Trump está a favor de un alto el fuego indefinido y no de treguas provisionales.