El papa Francisco, que ha estado ausente en todos los ritos de la Semana Santa al seguir convaleciente tras su hospitalización, apareció en el balcón de la logia central de la fachada de la basílica de San Pedro para la bendición Urbi et Orbi, pero debido a sus problemas respiratorios delegó la lectura del mensaje en el que tradicionalmente hace mención de los conflictos y males del mundo.
“Me siento cercano al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel, así como a todo el pueblo israelí y a todo el pueblo palestino”, escribió Francisco.