A más de 4.200 metros sobre el nivel del mar la comunidad de Chiarumani, en el altiplano boliviano, Leonel, y su familia se dedican a la agricultura. A los nueve años, el jardín de flores de su abuelo Eusebio despertó la curiosidad por las plantas y sus cuidados, y a los 12 empezó a interesarse en los tubérculos andinos, empezando así un catálogo para clasificar las variedades nativas y sus características.
El catálogo ahora está impreso y en formato digital, y Leonel espera seguir encontrando y sumando nuevas variedades.
"Con el cambio climático los productores se acostumbran a producir una sola variedad de papas que sean más fáciles de cosechar y cocinar", indicó Leonel.
Según el joven agricultor en las comunidades cercanas solo se dedican a producir cinco variedades de papa, y esto ha provocado que muchas variedades nativas se extingan.
El Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), Bolivia conserva más de 1.500 especies de papa en su Banco de Germoplasma en la Estación Experimental de Toralapa, pero solo alrededor de 30 de estas se cultivan regularmente debido a la limitada demanda comercial.
Leonel afirmó a EFE que las variedades se pueden salvar al conocer sus características, como la variedad llamada Imilla, que según el agricultor es una papa "muy resistente a las heladas" que son muy comunes en el altiplano boliviano.
Para el joven existen oportunidades de salvar las papas nativas, y una es que el consumidor las busque y pida en los mercados para que los productores sepan que se deben preservar.
Leonel se impuso la misión de "aprender y enseñar" dentro de su comunidad, y aunque dijo que es difícil que los mayores cambien su forma de producir, en los más jóvenes ve una esperanza para la preservación.
También considera que las papas son un patrimonio cultural de Bolivia, y lamentó que Perú aproveche más que Bolivia el potencial de los tubérculos andinos.
Recientemente Leonel recibió al chef Sean Sherman de la nación Oglala Lakota Sioux, reconocido mundialmente por su trabajo en reivindicación de la cocina indígena nativa en los Estados Unidos, y a varios chefs de afamados restaurantes bolivianos quienes conocieron su catálogo y trabajo dentro del 'Programa de Reivindicación de Cocinas Indígenas de las Américas' del fondo de la Embajada de Estados Unidos y del restaurante Gustu.
El joven que inició sus estudios en ingeniería este año enseñó a los chefs cómo cosechar e identificar las variedades nativas, y estos llevaron algunas variedades para cocinar en sus restaurantes, abriendo así la posibilidad de comercializar las papas para preservarlas.