“Trece trabajadores murieron y otros 30 resultaron heridos en el puerto petrolero de Ras Issa como resultado de la agresión estadounidense al puerto, al noroeste de la gobernación de Al Hudeida, sin un balance completo”, afirmó el portavoz del Ministerio de Sanidad de los hutíes en su perfil oficial de X.
En ese mismo mensaje, Al Asbahi agregó que “los equipos de rescate de la Defensa Civil y los equipos de ambulancias siguen trabajando con todas sus fuerzas”.
Previamente, la televisión Al Masirah, portavoz de los hutíes, había informado de la muerte de 17 trabajadores y de decenas de heridos, citando a fuentes de la Media Luna Roja, mientras equipos de rescate trabajaban para extinguir el incendio y rescatar a los heridos.
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El Comando Central de Estados Unidos (Centcom) aseguró, en un comunicado, que destruyó el puerto de combustible de Ras Issa, controlado por los insurgentes, a quienes acusan de beneficiarse económica y militarmente de estas instalaciones para vender combustible y financiar sus operaciones.
Ese puerto, junto con los de Al Hudeidah y Salif, recibe alrededor del 70 % de todas las importaciones y el 80 % de la ayuda humanitaria que entra al Yemen, según la ONU, mientras que EE.UU. y otros países denuncian que es utilizado por los hutíes para importar y exportar petróleo de forma ilícita.
“Las ganancias de estas ventas ilegales financian y sostienen directamente las actividades terroristas de los hutíes”, sostuvo el Centcom, que afirmó que “las fuerzas estadounidenses tomaron medidas para eliminar esta fuente de combustible” para los insurgentes “y privarlos de ingresos ilegales que han financiado sus esfuerzos para aterrorizar a toda la región durante más de diez años”.