La ONG, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, aseguró que hay una “relativa calma en las operaciones de venganza” en la costa, donde ayer documentó el asesinato de 120 civiles alauitas, la rama del islam chií que profesa el clan de Al Asad y cuyo núcleo se encuentra en Latakia y Tartús.
Sin embargo, la Red Siria de Derechos Humanos, también con sede en el Reino Unido, dio una cifra distinta al reportar hasta el momento 779 muertos en esta ola de violencia, entre los cuales aseguró que hay al menos “211 civiles”.
Pese a que el Gobierno sirio dio por finalizadas las operaciones militares en respuesta al ataque del jueves, el Observatorio sostuvo que el “número de víctimas civiles sigue aumentando en los sangrientos acontecimientos ocurridos en las zonas costeras sirias y las operaciones de liquidación por motivos sectarios”.
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La ONG recogió que, de los 1.093 civiles asesinados, la gran mayoría fueron en las provincias costeras de Latakia y Tartús, pero también hubo muertos en las zonas centrales de Hama y Homs, mientras que aseguró que entre los muertos también hay cristianos e incluso musulmanes suníes, estos asesinados a manos de grupos pro Al Asad.
La reconocida como la organización que más fehacientemente ha seguido las violaciones a los derechos humanos en Siria desde el inicio de la guerra civil en 2011 hizo un llamamiento “urgente a las autoridades sirias en Damasco para que exijan responsabilidades” a los implicados en estas matanzas.
Mientras, el Ministerio de Defensa sirio anunció ayer el fin de todas sus operaciones militares contra grupos leales a Al Asad en la costa siria tras cinco días de violencia.
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Las fuerzas sirias iniciaron el pasado jueves una operación contra milicianos alauitas en las provincias costeras de Latakia y Tartús en respuesta a una emboscada y ataques a gran escala contra efectivos militares, algo que provocó una oleada de violencia sin precedentes desde la caída del expresidente el 8 de diciembre.