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La Unión Europea se dispone hoy a echar el freno a algunos de sus proyectos relativos a la lucha contra el cambio climático, en nombre de la competitividad feroz frente a EE.UU. y China.
Bajo la presión del sector industrial, así como de Francia y Alemania, la Comisión Europea propondrá revisar ciertos textos muy ambiciosos, algunos de ellos adoptados apenas hace unos meses, reportó AFP.
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Al asumir en 2019 su primer mandato al frente de la Comisión, Ursula von der Leyen puso la lucha contra el cambio climático en el centro de su agenda, pero desde entonces el escenario cambió drásticamente.
Freno a planes ambientales
Al visible estancamiento económico, agravado por la guerra de Ucrania, se ha sumado ahora el temor a una guerra comercial con Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump amenaza al bloque con nuevos aranceles.
Según documentos a los que AFP tuvo acceso, la Comisión propondrá aplazar la aplicación de una normativa que impone al sector industrial los denominados “deberes de vigilancia”.
Esa normativa exige que las empresas prevengan las violaciones a los Derechos Humanos o los daños ambientales en toda su cadena de producción, incluyendo a sus proveedores.
También se espera una propuesta de reformas en la normativa que armoniza la manera en que las empresas publican sus datos sobre sostenibilidad, muy criticada por la patronal por la carga administrativa que representa.
Contexto geopolítico
Para el comisario europeo de Estrategia Industrial, Stéphane Séjourné, “en este momento la realidad es que hay un contexto geopolítico cada vez más tenso”.
Por ello, agregó, “no podemos pedirle a nuestras empresas que inviertan masivamente en los medios para informar, cuando al mismo tiempo están en una economía de guerra y en plena descarbonización”.
La revisión de estas medidas aún estará sujeta a la aprobación del Parlamento Europeo y los Estados miembros.
En el Legislativo europeo la batalla promete ser “muy dura” , dijo la eurodiputada centrista francesa Marie-Pierre Vedrenne.
Las oenegés, indignadas
Para Amandine van den Berghe, de la ONG ClientEarth, la reforma “es un delirio”.
Un cambio “penalizaría enormemente” a las empresas “que iniciaron el camino del desarrollo sostenible y que han comenzado a invertir dinero y recursos para cumplir con la legislación”.
La UE responde que no tiene la intención de cuestionar la lucha contra el cambio climático ni el declarado objetivo de lograr la neutralidad de carbono para 2050.
Por eso también debe presentar este miércoles su estrategia para apoyar la descarbonización de la industria, el llamado “Pacto para una industria limpia”.
El documento de veinte páginas contiene pocas propuestas concretas, pero incluye una serie de incentivos para invertir en energía verde, con énfasis en el principio de “Made in Europe”.
La UE también quiere mancomunar las compras de materias primas esenciales para la electrónica y las tecnologías limpias, como hizo con las vacunas durante la pandemia de coronavirus.
La UE está convencida de que está llamada a jugar un papel importante en el sector de la industria limpia, enfrentando el escepticismo climático del presidente estadounidense Donald Trump.
“El hecho de que Estados Unidos ahora se está alejando de su programa climático no significa que debamos hacer lo mismo”, dijo el comisario europeo de Energía, Dan Jorgensen.
“Por el contrario, esto significa que tenemos que seguir adelante”, agregó.