"Pensamos que era interesante que la película no cierre ninguna puerta del todo", que la audiencia se plantee en algunos momentos si es verdad o mentira lo que dice alguno de los personajes, afirmó Fund sobre la historia de tres personajes que forman una compleja y sólida unidad, que fue bien recibida este martes en el Festival de Berlín.
Anika es una niña en el inicio de su adolescencia que puede comunicarse con los animales y recorre pequeños pueblos y carreteras polvorientas en una vieja furgoneta habilitada como casa junto a una pareja adulta que parece beneficiarse de su don.
Una pareja que durante gran parte del metraje no se sabe cuál es su relación con la pequeña porque el director cree "en el derecho al misterio de los personajes".
Anika Bootz -hijastra del cineasta- y dos actores muy conocidos en Argentina, Marcelo Subiotto y Mara Bestelli, son los protagonistas de esta historia que se desarrolla en ese momento en la vida de un niño en el que "descubre que puede tomar las rienda de las situaciones y puede contener al adulto", precisó Fund.
Lo que ha tratado de reflejar en la película es "ese sedimento de historia que todos llevamos, de dónde venimos, cómo ciertas generaciones no tuvieron las herramientas" para enfrentarse a esas dudas mientras que "las nuevas generaciones pueden metabolizar de una forma mucho más sana y resolverlo".
Una película rodada en blanco y negro porque la idea era responder a una necesidad expresiva de la historia.
"Me interesaba que la historia aconteciera un poco en el mundo del cine, por un lado pisando casi la realidad de manera documental", y también introducir "el imaginario de las películas con las que nos educamos, desde el cine americano a pelis argentinas", ese mundo en blanco y negro.
Y es una historia que de alguna forma se ubica fuera de lo que consideramos normal, como señaló Subiotto. "Es una familia de la periferia" con un misterioso trabajo, pero en realidad es "una familia en una situación bastante amorosa".
Hay una "profunda ternura entre los personajes", que se hablan poco, se cuidan de manera práctica, cubren las necesidades unos de otros y hay muy poco contacto físico. Pero "hay algo que nunca está en cuestión y es la fuerza de ese vinculo", agregó el actor.
Al respecto, el director apuntó que se trata de "un mundo casi distópico, de cierta marginalidad", fuera de la sociedad de hoy dominada por las redes sociales.
Una historia que viene de esa fantasía que tienen todos los niños en su infancia de poder comunicarse con las mascotas. Es una época "en la que los niños se sienten parte del mundo y de las posibilidades del mundo", es cuando se empieza a crecer, precisó el director.