Yardén Bibas, el padre de Ariel y Kfir y marido de Shiri, fue liberado el pasado 1 de febrero como parte de la primera fase del acuerdo de alto el fuego en el enclave.
Su liberación fue uno de los momentos más agridulces de la tregua, ya que según las condiciones del pacto, Hamás debía dar prioridad a las mujeres y los menores vivos en sus liberaciones semanales de rehenes.
El grupo islamista ya había asegurado en noviembre de 2023, poco después de la primera tregua de la guerra, que los tres habían muerto en un ataque israelí contra el enclave, pero Israel nunca llegó a confirmar sus muertes.
“Yardén está decidido a luchar por su vuelta y se siente obligado a hacer todo lo que esté en su mano para asegurarse de que nadie se queda atrás”, dijo la familia del liberado tras su alta del hospital, hace una semana.
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Símbolo de los rehenes
Los Bibas, de origen argentino y peruano, y en especial el pequeño Kfir, que fue secuestrado antes de cumplir nueve meses, se habían convertido en un símbolo de los israelíes capturados por Hamás en sus ataques del 7 de octubre de 2023.
El rojo intenso de sus cabellos adornaba carteles, aeropuertos, marchas y mensajes de apoyo en redes sociales.
Los cumpleaños en cautiverio de los dos menores (Ariel tenía 4 años cuando fue secuestrado) fueron celebrados por el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos con manifestaciones en Tel Aviv y eventos para exigir la liberación de todos los cautivos.
Cuando Kfir cumplió un año, en enero de 2024, Yosi Shnaider, primo de Shiri Silberman y portavoz de la familia Bibas, dijo que los 104 días que había pasado entonces en cautiverio era “toda una vida para un bebé”.
“De alguna manera puedo sentir que siguen vivos. No puedo explicarlo, pero es lo que siento. No tengo otra opción”, aseguró.
Únicos menores en Gaza
Kfir y Ariel eran los únicos dos menores secuestrados que aún permanecen en Gaza. El resto fueron liberados durante la anterior tregua, en noviembre de 2023, en la que Hamás entregó a 105 civiles cautivos.
El brazo armado de Hamás, las Brigadas al Qasam, anunciaron poco después que Shiri y sus dos hijos habían muerto en un bombardeo del Ejército israelí contra la Franja, pero no aportaron ninguna prueba.
Luego publicaron un vídeo propagandístico de Yardén, que pasó el cautiverio separado de su familia, culpando al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de su fallecimiento.
Sin embargo, muchos israelíes se aferraban aún a la esperanza de que los Bibas estuvieran vivos.
“Yo elijo creer que todavía están vivos”, dijo a EFE Moran, una mujer israelí de 37 años, durante un evento en la conocida como Plaza de los Rehenes de Tel Aviv para seguir en directo la liberación de Yardén, el pasado 1 de febrero.
Ese mismo día, el enlace del Gobierno con las familias de los rehenes, Gal Hirsch, aseguró que Israel seguía exigiendo a los países mediadores (Estados Unidos, Catar y Egipto) conseguir información sobre su estado de salud.
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“Nuestros pensamientos están con Shiri, Ariel y Kfir, y con todos los rehenes. Seguiremos actuando para traerlos a todos de vuelta a casa”, escribió Netanyahu en un mensaje en redes sociales.
Hamás anunció este martes la entrega de los cuerpos de los Bibas para mostrar su “seriedad” en la implementación del acuerdo de alto el fuego con Israel, y después de acusar al país de “procrastinar” y de no permitir la entrada de maquinaria pesada y refugios a la Franja de Gaza, como estipula el pacto.
Netanyahu, mientras, reunió ayer al gabinete de seguridad de su Gobierno para debatir cómo abordar la segunda fase del acuerdo, que debería haber empezado a negociarse a principios de febrero, y en la que se liberaría al resto de rehenes vivos y se establecería un alto el fuego definitivo en Gaza.