"La incertidumbre y la vulnerabilidad emocional no son una prioridad en la agenda del macho alfa ni de la imagen del hombre fuerte que representa la masculinidad, así que estoy muy feliz de ser parte de una narración que va en la dirección opuesta a eso", señaló en rueda de prensa.
Para el actor británico, "si estás en el mundo, absorbes las cosas que pasan, las preocupaciones surgen, sobre la familia o la política", y eso de alguna forma afecta al trabajo.
En el filme, dirigido por Dylan Southern y que adapta la novela 'Grief Is the Thing with Feathers', de Max Porter, hay muchos elementos que favorecen esa vulnerabilidad y por eso al actor le ha gustado mucho hacer este papel.
Cumberbatch interpreta a un hombre que está devastado por la inesperada muerte de su mujer y que no sabe cómo enfrentarse a su dolor ni cómo cuidar de sus dos hijos pequeños. Y en una película que mezcla el drama con el horror e incluso la ciencia ficción, aparece un cuervo gigante, humanizado, que se convierte en la voz de su conciencia.
"Leí el libro cuando fue publicado, en 2015, y me conmovió profundamente", recordó el director, a quien le gustó la cantidad de matices que tiene la historia y que son perfectamente normales ara alguien que haya pasado por lo que pasa el protagonista.
El problema inicial fue que la estructura del libro era muy compleja, mezclaba texto, diálogos y poesía, y se componía de muchas capas diferentes que parecían hacer imposible su adaptación, hasta que Southern se convenció de que no podía llevarlo al cine tal y como era, pero sí mantener su ADN.
Incluyó en la película secuencias expresionistas y otras más fantásticas con el cuervo, un personaje que le fascinaba por cómo llega a la memoria del padre y cómo se apropia de esa memoria.
Para Cumberbatch fue muy interesante todo el proceso porque le gusta mucho usar la expresión no verbal que permitía mezclar lo consciente y lo inconsciente, lo profundo y lo cotidiano.
Son precisamente los papeles extremos los que más atraen a un actor que ha interpretado al doctor Strange en el universo Marvel, al malvado Khan en 'Star Trek' o al matemático Alan Touring en 'The Imitation Game'.
"Puede que sean las cosas que creo que no puedo hacer o las que aún no he hecho las que me atraen", señaló el actor, que considera que cuando se cuenta una historia "hay que mostrar todo el espectro de lo que es un ser humano".
"Entonces, ya sea la pérdida de un hijo o el abuso infantil, la adicción, el odio... Creo que parte de mi trabajo, cuando me inclino por personajes difíciles, es explorar cuál es su humanidad, si queda algo, o qué era antes de que fueran deshumanizados", dijo.
En el caso de 'The Thing with Feathers', asegura que se dejó llevar por el director, que ya era amigo suyo antes del rodaje, para crear ese proceso de un hombre que tiene que aceptar a vivir con la angustia y no tratar de luchar contra ella.
Y sobre si en el filme hay algo que de alguna manera le haya afectado más, el actor reconoció que fue la parte más cotidiana.
"Hubo un momento, al doblar la ropa de su esposa por última vez y dejar un perchero vacío... Tengo 48 años, ya he pasado por bastantes cosas. He vivido, he experimentado dolor como creo que la mayoría de la gente de mi edad ha hecho. Pero realmente me tocó una fibra sensible y no me lo esperaba", explicó.