La fachada del edificio de la sucursal y sala de exposiciones de Tesla ha sido vandalizada la madrugada de este lunes con frases que afirman “Nee tegen nazi’s” (no a los nazis, en neerlandés) y “Fuck off fascist” (Vete a la mierda fascista, en inglés), además de dibujos de esvásticas en la puerta de entrada del edificio, que está en el barrio de Ypenburg, en el este de la ciudad de La Haya.
Tesla es la marca de coches de Elon Musk, multimillonario de origen sudafricano que encabeza en la Administración de Trump el Departamento de eficiencia gubernamental (DOGE), destinado a supervisar las cuentas públicas.
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Hoy anunció la intención de cerrar la Agencia de Ayuda al Desarrollo Internacional (Usaid), una agencia federal independiente responsable de planificar y administrar la asistencia económica y humanitaria en el mundo.
No es la primera vez que un edificio que pertenece al fabricante de Tesla es blanco de activismo.
La semana pasada, activistas alemanes publicaron fotos y videos en los que se veía cómo habían proyectado la palabra “Heil” (un saludo nazi que puede traducirse como ‘salve’), que crea la impresión de completar el letrero de Tesla para formar el mensaje «Heil Tesla». Además, a un lado, se veía a Musk alzando el brazo, una imagen extraída del polémico gesto en la investidura de Trump que ha sido interpretado como el saludo fascista.
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Musk, que ha apoyado abiertamente a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), intervino la semana pasada a través de una conexión de video en el acto de apertura de campaña de esta fuerza, y llamó a los militantes de la formación, que muchos califican de neonazi, a “estar orgullosos de ser alemanes”.
Además, agregó que le parecía exagerada la confrontación permanente con la culpa del pasado.
