Escándalo de abusos de una celebridad y una cadena de TV indigna a Japón

TOKIO. Un escándalo sexual que implica al popular excantante Masahiro Nakai y a la cadena Fuji TV ha indignado a Japón y encendido el debate sobre las malas prácticas en la industria nacional del “infoentretenimiento”, salpicada por sucesivos casos de abusos que salen a la luz tras ser ignorados u ocultados por influyentes empresas del sector.

El actor de televisión Masahiro Nakai es retratado en Tokio, Japón, el 21 de febrero de 2020 (publicado el 23 de enero de 2025).
El actor de televisión Masahiro Nakai es retratado en Tokio, Japón, el 21 de febrero de 2020 (publicado el 23 de enero de 2025).JIJI PRESS

El escándalo sexual que involucra al excantante Masahiro Nakai y a Fuji TV ha desatado indignación en Japón, exponiendo las malas prácticas en la industria del “infoentretenimiento”, marcada por abusos ocultados por poderosas empresas del sector.

La oleada de críticas contra la cadena continuó creciendo este martes, después de que sus directivos ofrecieran en la víspera una rueda de prensa con explicaciones y medidas percibidas mayoritariamente como insuficientes pese a que la comparecencia se prolongó durante más de 10 horas.

El caso ha tenido un profundo impacto social en Japón por tener como protagonista a Nakai, una figura muy querida en el país como integrante del antiguo y exitoso grupo de pop SMAP (1988-2016) reconvertido a presentador, y por el supuesto papel de la cadena Fuji TV en el incidente y en los intentos por encubrirlo.

El escándalo, que ha derivado por ahora en la retirada de Nakai de la televisión y en la dimisión del presidente de Fuji TV, Koichi Minato, recuerda a otro de mayor magnitud que estalló en 2023 de Johnny and Associates, una agencia de talentos cuyo fundador, el fallecido Johnny Kitagawa, abusó durante décadas de menores y jóvenes que aspiraban a hacer carrera en el mundo del espectáculo.

Implicados acorralados por la presión social

Como suele suceder en Japón con casos escabrosos con celebridades o políticos implicados, el escándalo de Nakai fue desvelado por revistas amarillistas, en este caso Shukan Bunshun y Josei Seven, a mediados del pasado diciembre.

Según esas informaciones, Nakai participó en junio de 2023 en una cena organizada por personal de Fuji TV en la que terminó quedándose a solas con una presentadora de la empresa, quien fue víctima de “un acto sexual sin su consentimiento” y posteriormente compensada por el excantante en un acuerdo extrajudicial con 90 millones de yenes (560.340 euros) para evitar que el caso llegara a los tribunales.

La afectada necesitó atención médica y “un largo periodo de recuperación” tras el incidente, según directivos de la propia cadena.

Masahiro Nakai llegó a un acuerdo

Nakai reconoció el 9 de enero que había llegado a un acuerdo con una mujer por “un problema”, aunque negó haber empleado violencia y dijo que respondió con “sinceridad” a las solicitudes de la víctima.

El pasado día 23, el artista también anunció su retirada de la industria del entretenimiento y dijo que asumía “toda la responsabilidad” por lo ocurrido.

Ante la avalancha de reacciones de ciudadanos indignados a través de internet, algunas empresas como el gigante de telecomunicaciones Softbank comenzaron a retirar anuncios de televisión en los que aparecía Nakai ya a finales de diciembre.

Y debido a la inacción de Fuji TV, que mantuvo en su programación a Nakai pese al clamor social y no dio ninguna explicación pública hasta el 17 de enero, el boicot fue extendiéndose también a los anunciantes de la cadena, con otras grandes empresas como Toyota o McDonald’s retirando todos sus spots de la misma. Hasta 70 firmas han cancelado sus anuncios en Fuji y sus canales asociados.

Un modelo mediático en el punto de mira

El aumento del descontento ciudadano pese a la respuesta de Fuji TV y Nakai demuestra que la mentalidad y las prácticas habituales con profundo arraigo en la industria del "infoentretenimiento" son cada vez más cuestionadas, según destacan los expertos.

La maratoniana rueda de prensa de Fuji TV y las ambiguas declaraciones de sus directivos “dejaron claro que la compañía no ha hecho lo suficiente” para atender a la víctima y para “ayudarla en su sufrimiento y su recuperación”, señaló el profesor universitario de Humanidades especializado en Medios, Takahiko Kageyama, a la agencia Kyodo.

“Los escándalos y sospechas sobre prácticas sin consentimiento y asaltos sexuales en el ‘showbiz’ y los círculos mediáticos se han extendido en el contexto actual de cultura corporativa y de dinámicas de poder”, destacó en su editorial de este lunes el diario progresista Asahi, que urge al sector a “reflexionar” y a “mejorar su sensibilidad” sobre esos problemas.

En las redes sociales han proliferado los comentarios de todo tipo sobre el caso, convertido en uno de los asuntos más debatido en estos foros en las últimas semanas.

“Pobre Fuji TV” fue tendencia este martes en X en Japón con comentarios divididos entre quienes mostraban compasión por la directiva de la cadena y los 400 periodistas que aguantaron la “tortura” de 10 horas de rueda de prensa, y quienes cargaban contra la emisora y tachaban de “lamentable” y “vergonzoso” que haya tratado de ocultar el escándalo o no haya hecho lo suficiente por esclarecerlo.

Como ya sucediera con los prolongados abusos a menores en la agencia de talentos Johnny and Associates, muchos ciudadanos han criticado también a los medios generalistas nipones más allá de Fuji TV, por obviar o silenciar incidentes de ese tipo cuando implican a personas poderosas, quienes suelen tener vínculos con esos propios medios de comunicación.

Fuji TV, de hecho, forma parte de un gran conglomerado mediático que integra a varias emisoras y al periódico conservador Sankei, uno de los principales diarios nipones, entre otras ramas con negocios musicales, deportivos, turísticos, inmobiliarios o financieros.

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