Para Pappé, “Europa se veía a sí misma como mediadora” en el conflicto, invitando a las partes a dialogar en Madrid, en Oslo o en el Reino Unido.
Sin embargo, sostiene que ya "nadie necesita que Europa juegue más este papel histórico", porque "no funciona", "no es efectivo" y, además, "ha inmunizado a Israel y le permite que continúe su ocupación".
"Lo que Europa tiene que hacer es liderar la defensa de los derechos de los palestinos y ese no es el papel de un mediador, es el papel de alguien que se hace responsable de su propia responsabilidad histórica", dijo Pappé en una rueda de prensa en Casa Árabe, previa a su participación en el seminario: Palestina ante los retos del siglo XXI.
Profesor de historia en la universidad británica de Exeter, a Pappé no le tiembla la voz al acusar a Israel de genocidio ni de apartheid, a pesar de ser consciente de que sus críticas le valen el calificativo en su país de 'auto antisemita'.
"¿Por qué Europa no ha hecho prácticamente nada para detener el genocidio?"
Pappé considera que la razón por la que "los gobiernos europeos no han hecho nada significante para detener el genocidio" palestino se debe a razones históricas.
"Y, probablemente, la más importante de ellas es que el movimiento sionista que creó un Estado judío en Palestina fue una solución europea para un problema europeo, a expensas de los palestinos", dijo Pappé, flanqueado por el presidente de Amnistía Internacional de España, Ramón García-Catalán, y el directivo de la Unión General de las Comunidades Palestinas en Europa, Jamil Mahmoud Abusada.
En este sentido, sostuvo que hasta hoy, ni los gobiernos europeos, ni los políticos, ni los académicos, ni los periodistas "toman esta cuestión en consideración: que los problemas que tenemos en Palestina e Israel empiezan con el problema que Europa tuvo con su propia población judía y que (Europa) decidió resolver en Palestina en lugar de en la propia Europa".
El cambio en Israel solo puede venir desde fuera
El historiador israelí, aunque reconoce que dentro de Israel se han levantado algunas voces críticas como la suya, se muestra convencido de que "estas voces, por positivas que sean, no representan una posibilidad de un cambio real desde dentro".
"Por eso, afirmo que debemos entender que la única manera de cambiar la realidad es presionando a Israel, no esperar a que haya un cambio dentro de Israel, que no llegará", agrega, antes de apuntar que una fuerte presión desde fuera, incluso, "podría crear un movimiento de cambio".
Una presión que, según Pappé, es muy importante porque el actual gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu "cree que tiene una oportunidad histórica, una ventana para hacer lo que los gobiernos previos no pudieron":
"Acabar con Palestina como idea, como país, acabar con los palestinos como pueblo y realmente lograr el sueño de que, en pocos años, Israel sea un estado dentro del mundo árabe -hay bastantes aliados en el mundo árabe-, probablemente creando una alianza contra Irán u otras potencias regionales que amenacen a los regímenes árabes más tradicionales", agregó.
Pappé aclara que cuando habla de eliminar Palestina, no se refiere solo a Gaza, sino también a Cisjordania, hacia donde en los últimos días se han girado los ojos de los políticos israelíes, que se han mostrado convencidos de que la reciente elección en Estados Unidos de Donald Trump como nuevo presidente "les ayudará a cumplir su sueño de hacer de Israel un Israel más grande, una poderosa fuerza regional que todos respeten por el temor, no por buenas razones, y sin Palestina ni los palestinos".