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Ambos países, que no mantienen relaciones diplomáticas, firmaron un pacto en 2018 otorgando a ambas partes un derecho de revisión sobre el espinoso tema del nombramiento de obispos en China. El acuerdo se renovó por dos años en 2020 y en 2022, pero ahora es la primera vez que se amplía su duración a cuatro años.
Según los fieles, la represión contra la Iglesia clandestina en China sigue siendo visible a pesar del acercamiento con el Vaticano. En septiembre, Francisco elogió la “capacidad de diálogo” de China, afirmando que es “un gran país” y “una promesa para la Iglesia”.
“Estos cuatro años demuestran que hay confianza mutua. No es solo una extensión, sino un acuerdo de nueva generación. Demuestra que está funcionando lo suficiente, la confianza está aumentando y estamos avanzando”, dijo a la AFP el teólogo y antropólogo Michel Chambon, investigador de la Universidad Nacional de Singapur.
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China tiene unos 12 millones de católicos, que desde la década de 1950 deben elegir entre celebraciones religiosas estrictamente, supervisadas por el Partido Comunista, o iglesias clandestinas, apoyadas por el Vaticano.
El acuerdo, cuyo contenido no se ha hecho público, tiene como objetivo unificar a los católicos chinos y dar al papa la última palabra sobre el nombramiento de obispos.
El martes, Pekín confirmó que el acuerdo había sido renovado ”durante consultas amistosas” y se felicitó de la mejora de sus relaciones con el Vaticano. “Tanto China como el Vaticano evaluaron de forma positiva los resultados de implementar este acuerdo”, dijo Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Por su parte, el Vaticano aseguró estar “decidido a continuar el diálogo respetuoso y constructivo con la parte china, para el desarrollo de las relaciones bilaterales por el bien de la Iglesia Católica del país y de todo el pueblo chino.”
La Santa Sede y China no mantienen relaciones diplomáticas oficiales porque el Vaticano es uno de la decena de países que reconocen a Taiwán, una isla que Pekín considera como parte de su territorio.
Críticas dentro de la Iglesia
Desde que se firmó el acuerdo sobre el nombramiento de obispos se ha respetado en sus grandes líneas
“En total, hay 25 diócesis con un obispo, la mayoría de las cuales han sido regularizadas. Teniendo en cuenta que en total hay 98 diócesis, esa cifra supone más del 25% de regularización en seis años, una proporción bastante significativa” , dijo Chambon. Sin embargo, hubo contratiempos y algunos nombramientos se han realizado sin la autorización del papa.
El texto también ha provocado críticas dentro de la Iglesia, porque algunos creen que permite el control total de Pekín sobre los católicos en China, donde las autoridades limitan las libertades religiosas.
En noviembre de 2022, el Vaticano dijo que lamentaba el nombramiento de un obispo en una diócesis china que la Santa Sede no reconoce.
La Constitución china reconoce la “libertad de creencia religiosa” , es decir el derecho a creer en una religión, pero no la “libertad religiosa”.
El Partido Comunista Chino (PCCH) desconfía de cualquier organización, especialmente religiosa, que pueda amenazar su autoridad y controla de cerca los lugares de culto.
Pero según Chambon, “el régimen de Pekín está hoy mucho más seguro de que los católicos no son un peligro” y entiende que la Iglesia Católica “puede ser de hecho una plataforma para hacer oír su voz en todo el planeta”.