Cargando...
En su informe anual de perspectivas publicado hoy, la AIE recordó que la lección de la actual dependencia de algunos combustibles fósiles “puede aplicarse” también a las cadenas de suministro de energías limpias, que tienen “altos niveles de concentración” en algunos países.
El documento recuerda que el 20 % del crudo y del gas de todo el mundo pasa por el estrecho de Ormuz, una zona muy estable en el último año.
“La escalada del conflicto en Oriente Medio y la actual guerra de Rusia contra Ucrania subrayan los continuos riesgos para la seguridad energética”, insiste la AIE, que recalca que la alta dependencia energética del exterior puede volver a ser una “vulnerabilidad” para muchos países.
El informe avanza que la demanda global de todos los combustibles fósiles alcanzará su pico antes de 2030, gracias al empuje “sin precedentes” de las renovables.
En este sentido, recuerda que el mundo añadió 560 gigavatios (GW) de capacidad renovable instalada en 2023 hasta 4.250 GW,, y al ritmo actual de crecimiento el total llegará a cerca de 10.000 GW en 2030.
Gracias a ello, “la economía global puede continuar creciendo sin usar cantidades adicionales de petróleo, gas natural y carbón”, afirma.
En el caso del petróleo, se prevé que la demanda global bajará en 6 millones de barriles diarios para 2030 solamente por la progresiva implantación de los vehículos eléctricos (VE) , que serán ya el 50% del total de los vendidos ese año, frente al 20% actual.
El estancamiento y posterior declive previstos en la demanda de petróleo, junto con el aumento de la producción en países americanos (EE.UU., Canadá, Brasil y Guayana) van a “meter presión a la estrategia de gestión del mercado de la OPEP+”, añade.
El informe advierte de que el crecimiento de las renovables sigue muy concentrado en China, sobre todo, y luego en los países más desarrollados. Por ejemplo, la capacidad instalada de la fotovoltaica en China superará a comienzos de la década de 2030 a toda la demanda de electricidad de Estados Unidos.
Sin embargo, las renovables tienen aún un despliegue mucho más lento en el sur y este de Asia, Oriente Medio y África, las regiones donde más se concentrará el aumento de la demanda de energía hasta 2030.
Aunque las renovables podrán asumir por sí solas el aumento previsto de la demanda eléctrica, el documento destaca que los centros de datos y el mayor uso del aire acondicionado por las más frecuentes olas de calor añadirán 1.200 teravatios hora (TWh) de demanda global para 2035 solamente en nuevas necesidades de refrigeración.
La AIE destaca también la “incertidumbre” política a corto plazo, ya que los países con la mitad de la demanda global de energía fueron o irán a las urnas este año, tanto para comicios nacionales como regionales, elecciones en las que la energía y el clima juegan un importante papel.
Sin embargo, la agencia no menciona expresamente a la elección presidencial estadounidense, en la que el candidato republicano Donald Trump ha amenazado con retirar de nuevo a su país de los Acuerdos de París sobre el clima, así como con eliminar las políticas de la actual Administración Biden sobre recortes de emisiones y promoción de renovables.