Escasas semanas después del final de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París, donde Dior fue una de las firmas en tomar parte, vistiendo a diferentes artistas que participaron en la inauguración, la ‘maison’ no ha querido dejar pasar la ocasión para alargar de algún modo la celebración en torno al deporte.
Y lo ha hecho en el museo Rodin, donde una tiradora al arco se ha ejercitado con profesionalidad durante el pase.
Abanico de inspiraciones y épocas que se aúnan y de las que se ha valido Maria Grazia Chiuri, directora creativa de las colecciones para mujer de la firma desde hace ocho años. Si la década de los 60 fue la gran fuente de inspiración en su desfile de prêt-à-porter femenino de marzo, en esta ocasión Chiuri ha buceado por diversos períodos históricos.
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El cuerpo acoge las prendas que ha diseñado como una segunda piel, en más de un caso, mostrando siluetas sobre todo sencillas y cómodas, con pantalones pegados al cuerpo y un buen número de chaquetas, algunas listas para subirse a una moto y recorrer la ruta 66 o cualquiera que se presente.
Los accesorios han vuelto a mostrarse sobre el podium, sobre todo los bolsos, la inmensa mayoría para llevar al hombro, proporcionando total libertad a su portadora.
Dior destaca el color negro
La colección primavera-verano 2025 de Dior está compuesta de un total de 82 propuestas o looks, donde se han podido ver, entre otras particularidades, las asimetrías. Como es costumbre, sobre la pasarela cada modelo ha sido mostrado por una maniquí diferente; no repitiendo salida.
Esta colección hace del negro el gran protagonista. Son los tejidos los que gracias a su ligereza recuerdan que está pensada para la primavera-verano del próximo año; como el tul de algunos de los vestidos.
El negro figura también combinado con el blanco, con estampados de cuadros o de rayas que crean el nombre Dior, en una colección en la que hay espacio, aunque mucho menos, para los arena, el azul, el metalizado y el gris, este último tan unido con la historia de la ‘maison’.
La nota más luminosa, la del decorado. De claro azul, que remitía “al cielo” a los invitados al pase, con dibujos con formas de ojos que todo lo ven y frases en inglés de empoderamiento hacia la mujer, a la que se cubre también de brillos, y que Chiuri imagina fuerte, asertiva y sobre todo joven, muy joven.