“Creo que la intención genocida (de Israel) ha quedado demostrada desde el principio (...) Tuvimos numerosas declaraciones de funcionarios israelíes afirmando que los palestinos son animales, que no pueden ser tratados de acuerdo con las normas internacionales de conducción de la guerra”, enfatizó en una rueda de prensa el relator de la ONU sobre la promoción de la democracia, George Katrougalos.
"Y desde entonces la situación ha empeorado mucho, así que no creo que pueda haber ninguna duda al respecto", respondió, en un comentario que fue apoyado por los relatores sobre el derecho al agua, el derecho a la salud y sobre los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados.
"Somos muchos los que hemos firmado declaraciones desde mediados de octubre (días después del inicio de la guerra) anunciando el grave riesgo de genocidio... y el genocidio está en curso", dijo por su parte la relatora sobre los derechos humanos en los territorios palestinos, Francesca Albanese.
Agregó que la comunidad internacional incumplió con su responsabilidad legal de prevenir el genocidio, pero advirtió de que ahora el riesgo es que ése se extienda a Cisjordania, donde la violencia contra los palestinos aumenta día a día.
Sobre la intención de genocidio, el relator de la ONU sobre el derecho al agua y al saneamiento básico, Pedro Arrojo-Agudo, recordó que las autoridades israelíes anunciaron al inicio de las hostilidades que cortarían el suministro de agua, alimentos y electricidad a Gaza, "lo cual implica el crimen de exterminio".
Confirmó también que en este contexto el agua potable para la supervivencia de los palestinos se está usando "como un arma de guerra".
El experto señaló que en estos momentos los gazatíes sobreviven con apenas 4,7 litros de agua por persona y por día, cuando en la vida diaria cualquier persona usa al menos 100 litros para cubrir sus necesidades y la Organización Mundial de la Salud ha establecido que 15 litros por persona y día es lo mínimo en situaciones de emergencia (conflictos y calamidades naturales).
En relación con esto, sostuvo que el muy escaso acceso al agua en Gaza ha provocado 1,7 millones de casos de infecciones de todo tipo en los once meses de conflicto y que esto está causando muertes "silenciosas", en particular entre los niños, que no son contabilizadas como parte de las bajas de la guerra.
La relatora de la ONU sobre el derecho a la salud, Tialeng Mofokeng, dijo que el único modo de revertir esta tragedia es que haya un cese el fuego inmediato.
Sostuvo que son permanentes las denuncias que recibe de casos de amenazas y ataques contra personal sanitario, al que se le obliga a abandonar a sus pacientes en los hospitales por órdenes de evacuación o a los que se golpea y tortura en otras circunstancias.