Miles de presos que colaboraban con pandillas aprenden oficios en El Salvador. Más de 29.000 reclusos reciben capacitación en diferentes oficios en el Centro Penal La Esperanza, situado en la periferia de San Salvador, en un programa reservado a presos comunes y colaboradores de pandillas, pero no a pandilleros.
Uno de los talleres que más actividad muestra es el centro de formación industrial textil, donde los internos confeccionan uniformes para el ejército, deportistas o para la misma población reclusa.
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Los reclusos de La Esperanza participan en el plan “Cero Ocio”, entre los que hay unos 6.000 presos por delitos comunes. Los restantes 23.000 presos eran colaboradores de pandillas detenidos en el marco de la “guerra” contra esas bandas criminales que el presidente Nayib Bukele lanzó en marzo de 2022 al amparo de un régimen de excepción.
De la prisión a diario salen unos 2.000 internos en “fase de confianza” a trabajar en apoyo a comunidades, en la construcción de dos hospitales o en un plan de fumigación para prevenir el dengue.