Una serie de empresas japonesas, entre las que se encuentran la tecnológica Hitachi, KDDI, del sector de las telecomunicaciones, o Kawasaki, fabricante de vehículos a motor, presentaron hoy en Tokio sus propuestas para el encuentro del próximo año, con el foco puesto en el medio ambiente y la creación de ciudades para el futuro.
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Bajo el lema “Future city” (ciudad del futuro), las doce corporaciones niponas, que también patrocinan el evento, presentaron el que será su pabellón: con grandes paredes blancas y que se convertirá en uno de los más grandes de la Expo y cuenta además con vistas a la bahía de Osaka.
Dentro de este espacio habrá quince propuestas o experiencias para imaginar doce sociedades distintas para el futuro, que van desde el medio ambiente y la energía, al transporte y movilidad, pasando por la agricultura y el desarrollo urbano.
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Hitachi y KDDI unirán fuerzas para crear un anfiteatro digital donde los visitantes podrán dialogar con la sociedad del futuro, hacer preguntas y participar de forma interactiva con sus teléfonos inteligentes.
Un buque 0 emisiones con energía eólica marina
Kawasaki, por su parte, presentará un prototipo del vehículo Wind Hunter, un buque de producción de hidrógeno verde y que funciona como una planta híbrida y de 0 emisiones que combina instalaciones móviles de generación de energía eólica marina y producción de hidrógeno mediante el uso de tecnología de vela.
La empresa Kansai Transmission and Distribution presentará una experiencia mediante el uso de avatars y realidad aumentada (AR), donde se podrán visitar islas del futuro y aprender sobre movilidad, prevención de desastres y turismo.
La Expo de Osaka se celebrará durante seis meses entre el 13 de abril y el 13 de octubre de 2025 en la isla artificial de Yumeshima, situada al oeste de la bahía de Osaka y que conforma una de las tres ínsulas construidas en los años 90 para crear un nuevo centro en la ciudad.
La organización espera que unos 28 millones de visitantes acudan a la Expo durante esos seis meses, de los cuales unos 3,5 millones serían extranjeros, en un evento que tendrá un impacto económico de unos 2 billones de yenes (unos 12.000 millones de euros).