El pasado jueves, un buque de la Misión Aspides de la Fuerza Naval de la UE llevó a cabo una operación de rescate en respuesta a una solicitud de ayuda urgente del capitán del petrolero ‘MV Sounion’, atacado el día anterior en el mar Rojo por los rebeldes chiíes hutíes.
La misión señaló que durante esa operación, en la que rescataron a todos los tripulantes del barco, el petrolero estaba anclado en “aguas internacionales del sur del mar Rojo y no había fuego visible sobre él”, dijo en un comunicado en su cuenta oficial de X.
Sin embargo, al día siguiente, “el buque inmovilizado sufrió un incendio provocado por un ataque externo, lo que supone una importante amenaza medioambiental debido al gran volumen de crudo a bordo, que podría provocar un grave desastre ecológico con efectos potencialmente devastadores para la biodiversidad de la región”, aseveró la misión.
Esta situación pone de manifiesto, según la misión, que “este tipo de ataques no solo suponen una amenaza contra la libertad de navegación, sino también para la vida de los marinos, el medio ambiente y, por consiguiente, la vida de todos los ciudadanos que viven en esa región”.
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Ataques son para dañar económicamente a Israel
Anoche, los hutíes publicaron un vídeo en el que se mostraba cómo atacaron el petrolero griego y la Marina británica señaló que el barco sufría al menos tres incendios a bordo.
El ataque tuvo lugar al oeste de Al Hodeida, una de las sedes de operaciones desde donde los rebeldes chiíes hutíes lanzan sus ataques contra barcos vinculados a Israel.
Estas acciones de los insurgentes comenzaron el pasado noviembre en defensa de los palestinos de la Franja de Gaza y con el objetivo de dañar económicamente a Israel, lo que ha obligado a las grandes navieras a desviar su ruta por la importante vía marítima comercial.