“Es el honor de mi vida aceptar su nominación como vicepresidente de Estados Unidos. Estamos aquí esta noche por una hermosa y sencilla razón. Amamos este país”, dijo Tim Walz ante miles de partidarios en la Convención Nacional Demócrata en Chicago.
“Gracias por poner su fe en mí”, dijo el gobernador al inicio de su discurso.
El exentrenador de fútbol americano habló previo al discurso de la propia Kamala Harris el jueves, en el que será el clímax de una convención que ha visto a figuras demócratas como los expresidentes Barack Obama o Bill Clinton dar apoyo total a su candidatura.
Walz, de 60 años, vive días de vértigo. Se ha convertido en un motor en la efervescente campaña de Harris, quien se medirá el 5 de noviembre con el republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses.
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La nominación marca un antes y un después en la vida de este carismático, aunque poco conocido político estadounidense.
Walz, que también fue soldado de la Guardia Nacional, subió al escenario para ofrecer un discurso corto, pero efusivo, en el cual su vida personal ocupó un lugar neurálgico.