Entre los once emprendedores protagonistas, la mayoría de ellos trabajando por un mundo sin residuos al crear a partir de ellos piezas únicas, está Juan Colmenares con NeoMatic, una marca creada en 2017 en Medellín que encontró en los neumáticos de bicicleta la materia prima para darle vida a sus productos.
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“Hay mucha gente montando en bicicleta y decimos: ‘somos cero emisiones y amigables con el planeta’, pero no nos damos cuenta de que el neumático es un gran contaminante”, expresó a EFE Colmenares.
Se le ocurrió hacer algo con los ciclistas aficionados de Medellín y tocó la puerta de talleres para empezar a explorar las posibilidades que tenía con este material.
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“Yo no sé coser, pero lo intenté. Pensé que podía funcionar y nos salió un bolso muy bonito”, contó el director creativo de NeoMatic, quien atendió la invitación de Coca-Cola FEMSA Colombia y el Instituto para la Exportación y la Moda (Inexmoda) para hacer parte de este mercado dedicado a la economía circular.
Después de ese primer maletín probó con morrales y ahora también fabrica en su taller billeteras, riñoneras y zapatos, productos hechos a mano para un “consumidor responsable”.
El proceso se inicia yendo a tiendas de bicicletas o bicicleterías a recoger los neumáticos que en el taller pasan por un proceso de selección y de lavado, reutilizando el agua, para finalmente armar una “gran tela” de la que salen productos con un toque urbano y moderno, que incluso han llegado a Estados Unidos.
Arte colorido y resignificar el material
Para la diseñadora industrial María Alejandra Rodríguez, la forma “más lógica” para empezar a crear fue a partir del reciclaje y así lo hizo con María Triana en 2021, un novedoso emprendimiento que se la jugó por fabricar muebles coloridos a partir de botellas que contenían detergente, champú y otros productos de aseo.
“La idea es resignificar el material. Trabajamos con botellas de polietileno de alta densidad que procesamos para crear objetos de diseño y mobiliario, y darle un segunda vida a esos residuos”, explicó a EFE Rodríguez.
En los primeros dos años de Metamórfica Lab utilizaron más de 11.000 botellas en su apuesta por alargar el ciclo de vida de este material y mostrar que “el reciclaje no tiene por qué ser feo y ajeno”.
Explicó, además, que a partir de las botellas de polietileno hacen láminas y con ellas crean productos como mesas, porta-computadores y tablets, así como otro tipo de accesorios.
En Bucaramanga nació Filamental, un emprendimiento enfocado en el diseño, producción y comercialización de accesorios sostenibles al ser hechos en un bioplástico derivado del maíz y la caña de azúcar, por lo que es biodegradable y renovable.
Casi que como un experimento, en 2019 Daniela Corredor y Víctor Castillo empezaron a hacer ensayos con este filamento y una impresora 3D hasta llegar a un portafolio con gama “vibrante y diversa” de accesorios fabricados exclusivamente con bioplásticos como aretes, collares, anillos y los earcuff, entre otros.
“Son accesorios ultralivianos, resistentes al agua y que se pueden compostar si ya no los quieres porque son 100 % biodegradables”, comentó María Mejía, a cargo del stand, donde los visitantes se llevan una “experiencia de personalización” al armar las piezas a su gusto.