“Jill (Biden) y yo estamos honrados de tener a tantos aliados cercanos y buenos amigos en la misma sala”, indicó Biden al inicio de la recepción.
En opinión del mandatario estadounidense, la OTAN ha permitido a los miembros “alcanzar nuevas posibilidades” y “hacer frente a cualquier amenaza con fuerza y resolución”, pero sobre todo, añadió, “que generaciones conocen la vida de libertad, seguridad y democracia”.
Biden y el secretario general saliente de la OTAN, Jens Stoltenberg, recibieron con honores militares en la Casa Blanca un desfile de líderes aliados, que por primera vez incluía al primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, y el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, países recién incorporados a la Alianza Atlántica.
El invitado que más conversaciones atrajo fue el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, que ha conseguido extraer en este primer día de la cumbre un compromiso de apoyo a largo plazo a Kiev frente a Rusia, un ayuda adicional de 40.000 millones de euros y la inclusión de la palabra “irreversible” al compromiso de adhesión del país en el futuro.
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El desfile de autoridades y líderes mundiales de esta noche hacia la Casa Blanca se completó con la presencia de dos aliados importantes de EE.UU. y Occidente frente a la emergente China: el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, o el representante de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, se sumaron a esta muestra de fuerza de una nueva OTAN.
Las reuniones bilaterales previas a esta cena también estuvieron cargadas de mensaje, con la primera reunión de alto nivel del nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, y Biden para escenificar la “relación especial” de ambos; el encuentro del “eje francoalemán” o la de los líderes de gobierno de Corea del Sur y Japón.
Entre los otros gestos que explican las complejas relaciones de la Alianza destacó la soledad antes de la cena del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que ha enfadado a los aliados tras su reciente visita a Moscú para mostrar su cercanía con Vladímir Putin.