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La Policía asegura en su investigación que la trama buscaba el enriquecimiento ilícito de Bolsonaro, quien fue imputado el jueves pasado junto a otras 11 personas por los delitos de apropiación de bien público, lavado de dinero y asociación para delinquir, informó EFE.
Según los investigadores, los participantes en el esquema usaban dos estratagemas para desviar los regalos oficiales en función de si su recepción había sido registrada formalmente.
Así, los que no habían sido registrados, eran sustraídos directamente por el expresidente sin pasar por la evaluación del Gabinete Adjunto de Documentación Histórica, un ente de la Presidencia controlado por un asesor de Bolsonaro.
Mientras, otros regalos eran considerados por este organismo como “bienes personalísimos” para que Bolsonaro se los pudiera quedar, con base en una “interpretación legal diametralmente opuesta a los fundamentos constitucionales”, según la Policía.
Entre los bienes sustraídos, hay un conjunto de joyas masculinas de oro rosa de la marca Chopard entregados por el Gobierno de Arabia Saudí al ministro de Energía de Bolsonaro, Bento Albuquerque.
En diciembre de 2022, cuando faltaban pocos días para el final del mandato del líder ultra, estas joyas fueron llevadas en el avión presidencial a Estados Unidos, donde fueron subastadas.
La misma suerte corrieron otros objetos de lujo recibidos por el mandatario durante visitas oficiales a Arabia Saudí y a Bahrein, como dos relojes de las marcas Rolex y Patek Phillipe.
¿Qué pasó?
De acuerdo con la Policía, en Estados Unidos, intermediarios del expresidente se encargaban de la negociación de la venta de las joyas con el propósito de “ocultar el real propietario y beneficiario” de la transacción.
De esta manera, el dinero recibido por la venta de los dos relojes fue a parar, primero, a la cuenta bancaria del general Mauro César Lourena Cid, padre del ayudante personal de Bolsonaro y que ocupaba un puesto oficial del Gobierno en Miami.
En los meses siguientes, esos recursos fueron traspasados durante encuentros personales, de “forma fraccionada y en especie”, a Bolsonaro, quien residió un tiempo en Miami tras su derrota electoral ante Luiz Inácio Lula da Silva.
El líder ultraderechista, sobre el que pesan otras investigaciones, ha negado los cargos, a la espera de que la Fiscalía determine si presenta una denuncia.