“Hemos visto un efecto disuasorio” causado por las nueva orden ejecutiva migratoria del presidente Joe Biden, que impide a quienes crucen de manera irregular la frontera solicitar asilo en EE.UU., destacó el funcionario en una conversación telefónica con un grupo reducido de medios.
La cantidad promedio de detenciones se redujo en un 10 % en los últimos siete días en comparación con la semana anterior, acotó.
El funcionario agregó que el Gobierno de Joe Biden espera que estos números se sigan reduciendo, conforme los migrantes "cambian sus planes".
Desde el miércoles de la semana pasada, la mayoría de personas que sean detenidas cruzando de manera irregular hacia EE.UU. serán consideradas "no aptas" para pedir asilo, salvo en algunos casos excepcionales o que cumplan con unos estándares más estrictos para aplicar a otro tipo de protecciones.
Las restricciones, duramente criticadas por grupos en defensa de los derechos humanos, solo se levantarán cuando los cruces irregulares bajen a un promedio de 1.500 al día, una cifra que no se registra desde 2020.
Un grupo de organizaciones en defensa de los derechos humanos presentó esta semana una demanda en contra del Gobierno Biden por estas restricciones, asegurando que violan la ley estadounidense.
La demanda, encabezada por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), argumenta que la regulación "es rotundamente inconsistente con el estatuto de asilo que promulgó el Congreso, que permite a los inmigrantes presentar solicitudes de asilo 'ya sea que entren o no' por un puerto de entrada".
La decisión de Biden de restringir el asilo en la frontera llega en medio de un año electoral, en el que la gestión de la inmigración se ha convertido en un tema primordial para los votantes.
El actual presidente, que busca ser reelegido en noviembre, se enfrentará al expresidente Donald Trump (2017-2021), que ha prometido deportaciones masivas si llega al poder.
Cientos de miles de personas han llegado en lo que va del año a la frontera sur de EE.UU., la primera economía del mundo y con una demanda laboral sólida, en busca de mejores oportunidades y huyendo de profundas crisis sociales y políticas en países como Venezuela, Nicaragua o Haití.
Todo el continente americano está registrando cifras elevadas de movimiento de personas, con más de 21 millones de personas actualmente desplazadas, según datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).