Así, sus clientes podrán evitar la estresante idea de tener que enviar a sus perros en las bodegas de aviones o encerrados en exiguas cajas dentro de la cabina, como manda la legislación actual en la mayoría de países.
La compañía -una subsidiaria de BarkBox, compañía que produce y vende comida para perros y otros productos caninos- se describe como “la primera experiencia de viaje aéreo diseñada específicamente para perros en primer lugar y, en segundo lugar, para sus compañeros humanos”.
Demandas por maltrato animal
Líneas aéreas en diversos países han sido culpadas o demandadas por las muertes de mascotas durante los vuelos debido, en algunos casos, a las bajas o altas temperaturas en las bodega donde viajan, encajonados entre maletas, aquellos animales que por su tamaño no pueden viajar en cabina.
Un caso reciente fue el de Joco, en Brasil, un golden retriever víctima de lo que la aerolínea Gol calificó de “fallo operacional” -el perro fue embarcado en un vuelo equivocado de ocho horas y murió-; entonces, el propio presidente Luis Inácio Lula da Silva pidió a Gol, una de las tres principales compañías aéreas del país, que rindiera cuentas por lo ocurrido.
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Conscientes del estrés que los viajes en avión generan entre los dueños de las mascotas, Bark Air fue creada en 2011, pero no hizo su primer vuelo hasta el pasado mayo.
Entonces, el avión de Bark Air partió desde una pista del condado de Westchester, una rica zona residencial al norte de Nueva York, con rumbo a Los Ángeles (California), con seis perros a bordo, entre los que había chihuahuas, golden retriever y salchichas.
Estos privilegiados pasajeros contaron con dos azafatas que les sirvieron golosinas, entre ellas "cupcakes" así como un rico "puppuccino" con sabor a pollo y "champán perruno" (en realidad caldo de pollo), preparados ex profeso por un chef en el avión.
Entre bocado y bocado, los canes pudieron jugar libremente durante el vuelo, sin los fastidiosos cinturones de seguridad (la compañía no especifica si hubo turbulencias).
Pero eso no es todo. Previo a abordar, la nave fue preparada con feromonas relajantes, música y colores de su preferencia (pues según Bark Air los perros ven en color y tienen sus favoritos), además de chaquetas calmantes y orejeras para amortiguar el ruido y el estrés.
La línea aérea -la segunda destinada a perros tras K9 en el Reino Unido- "surgió de mi deseo de viajar con mi hijo Hugo (un gran danés) y de perder repetidamente tanto tiempo debido a la falta de opciones razonables, seguras y cómodas", ha dicho el director ejecutivo y uno de los fundadores, Matt Meeker.
Para demostrar que sabía de qué hablaba, Meeker se metió en una jaula de perro y viajó 1.102 millas en la bodega de un avión desde el sur de Florida hasta Nueva York para comprobar cómo se siente un perro durante tres horas y media de estrés, y grabó su angustiosa experiencia, ahora disponible en YouTube.
Un capricho nada económico
Pero, ¿cuánto cuesta este atractivo viaje? Según la página de Bark Air, un billete solo de ida entre Nueva York y Los Ángeles cuesta 6.000 dólares por perro (más el humano “que viaja gratis”), o dos perros, siempre que no superen juntos los 22 kilos. Si el viaje es a Londres, cuesta 8.000 dólares.
Bark Air reconoce que es un coste ‘prohibitivo’ para la mayoría de las familias, pero, aclara, “así comenzaron la mayoría de los productos y servicios innovadores”.
Ahora evalúa agregar más ciudades a sus destinos, entre las que podrían estar París, Milán, Chicago, Seattle, o aeropuertos en Florida y Arizona.
En una reciente entrevista con la radio pública NPR, Meeker dijo que no quería ser considerado como un ‘vendedor de juguetes’ para perros. “Nos consideramos vendedores de increíbles experiencias emocionales con su perro”, afirmó.