Garantizar el derecho a la tierra de las comunidades indígenas y de descendientes de esclavos (quilombolas), priorizar la protección de los defensores de derechos humanos y poner fin a la impunidad por los crímenes en su contra, fueron los principales llamados de la relatora, que culminó este viernes una visita de doce días en el país.
Durante su estadía en Brasil, Lawlor visitó comunidades en cuatro estados brasileños (Bahía, Pará, São Paulo y Mato Grosso), donde escuchó de primera mano la situación que viven a diario los defensores en sus regiones.
La relatora encontró que los ataques a los activistas son "extremadamente violentos", la mayoría de las veces están relacionados con asuntos de tierras y que los defensores de las comunidades más marginadas y discriminadas, como indígenas y quilombolas, son los que tienen mayores riesgos.
"En muchos casos, el perpetrador es el Estado y, a menudo, la policía. En otros, quienes atacan son empresarios del agronegocio y sus matones y guardias de seguridad privados, y los perpetradores con vínculos políticos están protegidos por las autoridades", señaló durante una rueda de prensa virtual.
Según la experta, las causas de los ataques no son nuevas, "se remontan a la colonia" y mantienen también la "brutalidad" impulsadas durante la dictadura (1964-1985). Pero "nadie los para", enfatizó.
Lawlor aplaudió la voluntad del Gobierno de trabajar en pro de los defensores y reconocer su labor en Brasil, pero señaló que es algo que debe verse y asimilarse en todos los ministerios y no solo en aquellos que trabajan con temas de derechos humanos.
La relatora dijo que el tema que más la preocupa son los niveles de riesgo a los que están expuestos los defensores y pidió al Gobierno mejorar las condiciones de protección, pues las actuales no brindan el apoyo que se requiere.
Según Lawlor, el sistema de protección debe tener una mejor financiación y ser implementado por el Estado, "que es el que tiene el deber" de protegerlos y no por la sociedad civil, como ocurre actualmente.
Asimismo, pidió garantizar urgentemente los derechos sobre las tierras a todos los pueblos indígenas y quilombolas del país, mediante la demarcación, la titulación y la expulsión de los invasores.
Durante su visita a Brasil, la alta funcionaria de la ONU también se reunió con varios ministros del Gobierno y representantes de las administraciones regionales y municipales que visitó, así como con miembros de comunidades LGTB y periodistas.