Lo cuentan en una entrevista con la EFE la directora del Museo Sefardí, Carmen Álvarez, y el presidente de la Asociación de Amigos, Juan Ignacio de Mesa, quienes resaltan que una efeméride “tan importante como esta” no se podía dejar pasar.
“Sesenta años no se cumplen todos los días”, señala Álvarez, quien apunta que el museo, como tal, se creó el 11 de abril de 1964, aunque oficialmente no abrió sus puertas hasta 1971.
Por aquel entones, “no se tenía colección, no había elementos materiales” para mostrar con un discurso expositivo, más allá de la sala de oración, añade de Mesa.
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La colección se inicia tras su creación oficial con piezas solicitadas en depósito a distintos museos de España, así como a particulares, y en la década de los 80 del siglo pasado comienza una política de adquisición de fondos para poder disponer de una colección propia.
De sinagoga a museo: la creación de diferentes salas
Además, no fue hasta 1992, coincidiendo con el quinto centenario de la expulsión de los judíos de España, cuando se llevó a cabo una reforma arquitectónica, con la creación de diferentes salas y zonas expositivas, así como la galería de mujeres.
Una de las citas más importantes de este año será el 22 de abril, cuando está prevista la inauguración de una exposición sobre la evolución del edificio, desde su origen como sinagoga en el siglo XIV, hasta su conversión en museo en el siglo XX, que llevará por título ‘Revelando el olvido: 60 años de identidad y de memoria en el Museo Sefardí de Toledo’.
Subraya su directora que la historia de este edificio es “muy rica” y que va a ser descubierta en esta muestra con motivo del 60 aniversario, al que han contribuido “todos los archivos de la ciudad”.
Fondos “de gran valor histórico”
Dice que este proyecto va a permitir que los visitantes vean, por primera vez, “grandes fuentes documentales” del propio archivo del museo, así como descubrir, en la galería de mujeres, “una pequeña, pero muy potente” parte de fondos “de gran valor histórico” que “nunca habían estado aquí”.
“Vamos a tener la primera referencia documental de la propiedad del edificio, que es nuestro origen, y la primera imagen del museo en la exposición física”, remarca Álvarez.
En este sentido, explica que la biblioteca regional, a través de fondos de la colección Lorenzana, prestará “la primera imagen que hay de la sinagoga”, el libro de Francisco Pérez Bayer ‘Toletano ebraeorum templo’.
A su vez, el Archivo Capitular de la Catedral de Toledo cederá “los primeros documentos originales de propiedad” de la misma, donde se habla de las casas de Samuel ha-Leví, importante figura de la época, que ocupó diversos cargos de relevancia en la corte del rey Pedro I de Castilla y que mandó erigir el edificio.
La sala mudéjar “más bonita del mundo”
Aunque, sin duda, la joya de la corona del edificio es la sala de oración, que el presidente de la Asociación de Amigos define como “sala de emociones” y a la que también se refiere como “la sala mudéjar más bonita que se puede encontrar uno en el mundo”.
En ella se pueden ver textos en hebrero y en árabe, así como los escudos del rey Pedro I, en agradecimiento de Samuel ha-Leví por permitirle construir la sinagoga.
De Mesa recalca que en aquella época Toledo era “más que una ciudad de tolerancia, una ciudad de convivencia” y cree que “deberíamos seguir haciendo un esfuerzo importante para transmitir ese legado, ese mensaje de convivencia entre todos”.
Incide en que “el respeto a las tres religiones del libro se mantenía por parte de las tres comunidades y eso era porque todos reconocían que partíamos de una misma fuente común” y concluye: “Ojalá fuésemos capaces en este momento de tener la misma capacidad de comprensión”.
Una idea con la que coincide Álvarez, quien hace hincapié en que un museo sobre la cultura hispanojudía y sefardí en España “no puede tener otro mensaje que el del entendimiento”.