El Senado, formado por representantes elegidos a dedo por la antigua junta militar (2014-2019), dio el visto bueno a la norma con 147 votos a favor de la ley del matrimonio igualitario, 4 en contra y 7 abstenciones, una semana después de ser aprobada con amplia mayoría por la Cámara Baja.
A partir de ahora, el proyecto de ley, que fue presentado en diciembre, debe ser evaluado por un comité del Senado, antes de ser votado en dos sesiones más de la Cámara Alta y, tras la firma del monarca, ser publicado en la Gaceta Real.
Está previsto que todo este proceso pueda completarse este año, lo que supondría un gran paso para la comunidad LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, intersexuales y otros).
Entre los cambios fundamentales de la nueva ley está la denominación de un matrimonio de “un hombre y una mujer” a “dos personas” y la modificación en el estatus legal de “marido y mujer” a una “pareja casada” sin género, además de garantizar a las uniones LGTBI los mismos derechos de los que disfrutan actualmente las heterosexuales.
Tras un intento fallido en 2023 la Cámara Baja votó el pasado 27 de marzo a favor del proyecto con 400 votos a favor, 10 en contra y dos abstenciones, lo que supuso el apoyo de la mayoría de los partidos gubernamentales y de la oposición.
Una vez entre en vigor, aproximadamente a finales de año, Tailandia se convertirá en el tercer país asiático en reconocer el matrimonio igualitario, tras Taiwán y Nepal, y el primero en el sudeste asiático, una región donde los retrocesos de los derechos LGTBI son palpables en países como Indonesia, Malasia o Brunéi.
Pese a que el país cuenta con una de las comunidades LGTBI más grandes y visibles de toda Asia, los activistas critican que las conservadoras leyes tailandesas no reflejan los cambios y actitudes de la sociedad en las últimas décadas.