Cerca de mil policías conformaron el fuerte dispositivo que se desplegó en la ciudad de Kundli, en el estado norteño de Haryana y que atraviesa la autopista 44 que une la capital con el noroccidental Punjab, desde donde hoy partió uno de los principales brazos de las protestas campesinas.
El objetivo es converger en Nueva Delhi para exigir al Gobierno la promulgación de una ley que garantice los precios mínimos de venta sobre la producción (MSP), una política gubernamental creada para proteger el valor de las cosechas ante la fluctuación del mercado.
Sin embargo, la tensión que se preveía en Kundli y otros puntos de entrada de la capital contrastó con las imágenes de policías sentados en el suelo o descansando sobre furgones fuertemente protegidos, mientras un grupo de jóvenes jugaba al críquet en un terreno de juego improvisado en plena autopista.
Cerca de ellos, dos jóvenes se tomaban una foto frente a un grupo de agentes, mientras las máquinas de construcción ubicaban varios bloques de hormigón sobre la carretera, algunos con pinchos y otros unidos con cemento para evitar que fueran retirados, irónicamente bajo un gran cartel amarillo donde se leía 'Bienvenidos a Nueva Delhi'.
A esta calma contribuían las noticias que llegaban desde cientos de kilómetros de distancia, todavía en Punjab, sobre la represión que sufrían los agricultores de parte de las autoridades.
"Ellos (los agricultores) no vendrán aquí ahora, primero tienen que cruzar Haryana. Se están disparando gases lacrimógenos en Haryana, no se les ha permitido venir", dijo a EFE uno de los policías desplegados en Kundli, que no quiso ser identificado.
Represión policial
Horas antes, las autoridades indias habían comenzado a arrestar a manifestantes y emplear gases lacrimógenos contra miles de agricultores que trataban de alcanzar Haryana a través del punto fronterizo de Shambhu, mostró en directo la televisión delhí NDTV.
La tensión escaló cuando los campesinos comenzaron a romper con sus tractores las barricadas de la Policía, según imágenes compartidas por ese canal.
Uno de los líderes de las protestas, P Krishna Prasad, afirmó a EFE que los campesinos tenían derecho a protestar en Nueva Delhi y condenó "el uso excesivo del poder estatal contra los agricultores", al tiempo que advirtió de una protesta más grande el 16 de febrero que tendría lugar por todo el país.
"Realizaremos una protesta más grande. El 16 de febrero los agricultores y los trabajadores saldrán a las calles", agregó Prasad, para exigir al Gobierno que cumpla la promesa que hizo en 2021, cuando según ellos aseguró que todos los cultivos tendrían un precio mínimo de venta sobre la producción.
Esta promesa, además de la revocación de una polémica reforma agraria, propició que los agricultores concluyesen en noviembre de 2021 una larga acampada de casi 15 meses en la frontera de Nueva Delhi, en uno de los mayores pulsos políticos al gobierno del primer ministro indio, Narendra Modi.
Las nuevas protestas campesinas tienen el factor añadido de suceder a pocos meses de las elecciones generales de la India, que tendrán lugar entre abril y mayo de este año.
Posturas opuestas
La violencia contra los agricultores fue objeto de críticas entre algunos de los vecinos de Kundli, que compararon la seguridad en su distrito con otras fronteras altamente militarizadas de la India, como la que comparte con Pakistán o China.
Los agricultores "quieren ir a Delhi para presentar sus demandas, pero aquí nuestro gobierno ha hecho esto, una frontera con China", dijo a EFE Tanvir Bharthi, vecino de la localidad.
"Están poniendo barreras aquí, está causando problemas a los lugareños", agregó, a la par que otros residentes denunciaban que se habían visto obligados a cerrar sus comercios por el corte de carreteras y la previsible situación de inseguridad.
Sin embargo, otros achacaban a los agricultores los cierres, como el tendero Ashok Kumar, que señaló que los vecinos “están realmente preocupados” por la situación y sentenció que “todo esto está sucediendo por culpa de los granjeros”.