“Seguiremos defendiendo la paz y el fin de la guerra, la liberación de los rehenes, el acceso a la ayuda humanitaria y el establecimiento del estado palestino junto a Israel para que ambas naciones coexistan en paz y seguridad”, subrayó el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, en redes sociales.
La CIJ exige a Israel "tomar todas las medidas a su alcance para prevenir la comisión de un genocidio" y "adoptar medidas inmediatas y efectivas" para permitir el acceso de asistencia humanitaria en Gaza, después de que Sudáfrica acusara a Israel de tener una "intención genocida" en su operación militar contra el grupo islamista en la Franja palestina.
En la misma línea que Sánchez, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España recalcó el apoyo a la labor de la CIJ en un comunicado en el que pidió además un alto el fuego inmediato e insistió en la solución de los dos Estados.
"A favor de la paz y la legalidad internacional. Apoyamos a la CIJ y trabajamos para detener la espiral de violencia", subrayó en la red social X el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
También la líder de la formación de izquierda Sumar, que gobierna en coalición en España con el partido socialista PSOE, y vicepresidenta segunda del Gobierno español, Yolanda Díaz, afirmó en esa misma red social que la Corte Internacional de Justicia "ha reconocido lo que el mundo lleva meses diciendo en las calles".
"Es imperativo detener de inmediato la barbarie contra el pueblo palestino", recalcó, al considerar que apoyar la iniciativa sudafricana es defender el derecho internacional.
Israel anunció a comienzos de este mes el regreso de su embajadora en España, Rodica Radian-Gordon, tras haber sido llamada a consultas en noviembre cuando Sánchez cuestionó que Israel cumpla con el derecho internacional debido al alto número de víctimas en Gaza.
La ofensiva militar israelí en Gaza ha provocado al menos 26.083 muertos y 64.487 heridos, la mayoría niños y mujeres, con una crisis humanitaria sin precedentes.
La guerra estalló el pasado 7 de octubre tras un ataque de Hamás contra Israel con unos 1.200 muertos y cerca de 250 rehenes que fueron llevados a Gaza.