Casi cien obras de 57 artistas procedentes de 21 países se reúnen hasta el 19 de mayo en la inmensa sala de Feshane, una antigua fábrica textil otomana a orillas del Cuerno de Oro en Estambul, restaurada el año pasado.
Lea más: La fotógrafa Isabel Muñoz inaugura en Estambul una exposición dedicada a la prehistoria
Feshane Artistanbul, un centro cultural que alberga no solo exposiciones sino también una biblioteca, conciertos y talleres infantiles, es la tercera parada de la exposición itinerante ‘The Dynamic Eye’, que ha visitado ya Oporto y Shangái.
Destaca una pequeña sala cerrada con luces emitidas por una bola giratoria, obra del artista alemán Otto Piene, uno de los fundadores del grupo ZERO en 1957 y pionero del arte óptico.
Lea más: Coleccionista Terry Welch dona 282 obras de arte japonés a museo mexicano Kaluz
“Esta obra ni yo la había visto aún, porque todavía no se ha expuesto en Londres”, comenta a EFE la directora de Tate, Maria Balshaw, presente en la inauguración en Estambul.
Exposición de arte óptico y cinético
“Estamos realmente comprometidos con ampliar el alcance de quien viene a nuestros museos, a nuestras exposiciones, un compromiso de incluir el público más amplio posible, tanto en Estambul como en Londres”, dijo la directora.
En el cóctel de bienvenida, el alcalde de la ciudad, Ekrem Imamoglu, subrayó que la ampliación de la oferta cultural de la ciudad, impulsada por su equipo, también pretende atraer un turismo distinto, interesado en el arte.
“Estamos contentos por ofrecer a los amantes del arte de Estambul una de las colecciones más especiales de Tate, una de las galerías más visitadas y apreciadas del mundo”, dijo el regidor.
Aparte del prestigio de Tate, una ventaja tiene el arte óptico: no enfadará a los vecinos del distrito conservador en el que se ubica el centro cultural, que ya sufrió en su exposición inaugural en junio pasado un ataque por parte de un grupo islamista.
Los fundamentalistas consideraban inmoral la muestra por supuestos contenidos sexuales y homosexuales, aunque las obras apenas incluían un par de desnudos nada llamativos.
Finalmente, la Fiscalía abrió una investigación, no contra los asaltantes sino contra la alcaldía por posible “incitación al odio” mediante el arte, un riesgo que no se prevé con las formas abstractas de la Tate.