“La Guardia Costera de Filipinas está llevando a cabo una rigurosa investigación sobre un incidente marítimo que resultó en el hundimiento del barco pesquero filipino Dearyn el 2 de octubre”, indicó hoy en su cuenta de X (Twitter) Jay Tarriela, portavoz del cuerpo.
Tres pescadores fallecieron, entre ellos el capitán del barco, Dexter Laudencia, de 47 años, y dos tripulantes, Romeo Mejeco y Benedicto Olandria, de 38 y 62 años, respectivamente, en la madrugada del 2 de octubre, cuando el pesquero estaba siendo amarrado y la “oscuridad y el clima adverso pudieron contribuir” a no ser detectado por otro barco, que lo golpéo, de acuerdo con el testimonio de once supervivientes.
Según indicó hoy el presidente del Senado filipino, Juan Miguel Zubiri, en declaraciones a los medios recogidas por ABS-CBN, el otro barco implicado podría tratarse de un petrolero registrado bajo bandera las Islas Marshall, nombrado Pacific Anna, y aseguró que la colisión fue “accidental”.
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La página web Marine Traffic ubica al petrolero aún en el mar de China Meridional y señala el puerto de Singapur como su próximo destino.
Para las navieras es una práctica común registrar y obtener una bandera para sus buques en países diferentes al de la compañía propietaria por motivos logísticos o fiscales, entre otros, e Islas Marshall es una de las más habituales.
La Guardia Costera filipina indicó que el suceso ocurrió 85 millas naúticas (157 kilómetros) al noroeste del disputado atolón de Scarborough, en el mar de China Meridional, que fue ocupado en 2012 por Pekín, que reclama casi la totalidad de dichas aguas.
El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., ha afirmado en su cuenta de X (Twitter) que lo ocurrido está bajo investigación, y que los guardacostas filipinos están rastreando y comprobando todos los barcos de la zona como parte de la misma.
"Aseguramos a las víctimas, sus familias y a todo el mundo que haremos el máximo esfuerzo para que los responsables de este desafortunado incidente marítimo rindan cuentas", añadió.
Marcos Jr. también hizo un llamamiento en contra de la especulación, cuando la mortal colisión se produce en medio de una escalada de tensión en la zona entre Manila y Pekín, con episodios semanales que agudizan la disputa territorial.
Entre los últimos incidentes se incluye una “barrera flotante” que, según Manila, Pekín colocó recientemente para evitar que pesqueros filipinos pudieran faenar en la zona cerca del citado atolón, y que finalmente fue retirada.