El inicio de la producción en la planta de Arizona (oeste) se ha retrasado debido a la escasez de trabajadores y a supuestos conflictos sindicales.
Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) es un actor clave en el sector ya que controla más de la mitad de la producción mundial de microchips.
Estos chips son necesarios para alimentar todo tipo de aparatos, desde máquinas de café hasta misiles.
La tensión entre China y la isla de Taiwán, que Pekín considera como parte de su territorio, agudizaron las inquietudes sobre el suministro global de chips.
El grueso de la producción de TSMC está en Hsinchu, en el norte de Taiwán, pero el grupo está ampliando su actividad mundial con la planta prevista en Arizona, una de las mayores inversiones extranjeras en Estados Unidos.
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“Los ánimos de nuestros colegas de Arizona es muy alta y han logrado progresos rápidos en los últimos meses”, dijo el presidente de TSMC, Mark Liu, hablando al margen de SemiCon Taiwan, una conferencia de tres días de la industria de semiconductores en Taipéi.
El mes pasado, TSMC acordó invertir 3.800 millones de dólares en una nueva fábrica de semiconductores en Alemania, la primera en Europa, donde el foco principal estaría en producir chips para la industria automotriz.
“Actualmente estamos pidiendo subsidios al gobierno alemán y la UE (...) Todo va muy bien por ahora”, dijo Liu en SemiCon.