El principal objetivo de este ciclo, que se inició el pasado 14 de agosto, fue abordar temas como el cese bilateral al fuego, vigente hasta febrero, y la participación de la sociedad civil en los diálogos, según adelantó entonces el senador Iván Cepeda, miembro del equipo negociador del Ejecutivo colombiano.
Por su parte, la delegación del ELN se mostró "comprometida con traducir lo acordado en acciones humanitarias que beneficien a las comunidades y barrios más afectados por el conflicto, así como a las personas privadas de libertad".
El cierre de la cuarta ronda ocurre una semana después de que el ELN liberara a un soldado de 21 años de edad secuestrado el 20 de agosto en una zona rural del convulso departamento colombiano de Arauca (este), fronterizo con Venezuela, acusado por la guerrilla de haber violado el cese al fuego bilateral, que entró en vigor a principios del pasado mes.
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El defensor del Pueblo del país andino, Carlos Camargo, hizo entonces un llamado a “todos los grupos armados ilegales a dar muestras de buena voluntad que permitan alcanzar la paz”, particularmente a aquellos que “se encuentran en proceso de negociación con el Gobierno”.
Venezuela fue también el país elegido por las partes para comenzar las negociaciones en noviembre de 2022 -tras cuatro años paralizadas, con Iván Duque como presidente de Colombia- con una primera ronda en Caracas, que se trasladó a México para la segunda y a La Habana, posteriormente, para la tercera.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, reiteró su apoyo al diálogo colombiano y aseguró que la paz en el país andino es “urgente, inaplazable” y “necesaria”.