“Estados Unidos reitera su creencia de que los países pueden elegir los socios y agrupaciones con los que asociarse. Seguiremos trabajando con nuestros socios aliados en foros bilaterales, regionales y multilaterales para fortalecer nuestra prosperidad común”, dijo hoy a EFE un portavoz del Departamento de Estado.
En la cumbre celebrada desde el 22 de agosto y hasta este viernes en Johannesburgo, los BRICS acordaron habilitar la incorporación desde 2024 de Argentina, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán.
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“No consideramos que los BRICS se vayan a convertir en una especie de rival geopolítico de Estados Unidos o de cualquier otro país. Se trata de un conjunto muy diverso de países en su versión actual, (...), con diferencias de opinión sobre cuestiones críticas en el IndoPacífico, en la guerra en Ucrania y otra variedad de cosas”, destacó esta semana el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
En esa comparecencia ante la prensa, Sullivan mantuvo la postura de que Washington seguirá “trabajando en las sólidas relaciones positivas” que tiene con Brasil, la India y Sudáfrica, continuará “gestionando” su relación con China y “rechazando” la agresión rusa.
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“No miramos a este grupo en términos geopolíticos”, añadió el representante de la Casa Blanca, convencido de que Estados Unidos está “en un buen lugar” con algunos de esos miembros “y en un lugar diferente” con ciertos otros, en alusión implícita a Pekín y Moscú.
Brasil, Rusia, la India y China crearon en 2006 el grupo BRIC, al que se unió Sudáfrica en 2010, con lo que al acrónimo se añadió la letra ‘S’.
El bloque representa más del 42 % de la población mundial y el 30 % del territorio del planeta, así como el 23 % del producto interior bruto (PIB) y el 18 % del comercio mundial.