El primer acto tras su llegada fue el discurso a las autoridades del país en el centro Cultural de Belèm después de reunirse con el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa.
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En el discurso, en el que una buena parte estuvo dedicada a criticar, “con cariño”, a la Unión Europea, aprovechó para aconsejar políticas que ayuden a los jóvenes y que se basen en: “el medio ambiente, el futuro y la fraternidad”.
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“El problema global sigue siendo extremadamente grave: los océanos se están calentando y sus profundidades sacan a la superficie la fealdad con la que hemos contaminado nuestra casa común. Estamos convirtiendo las grandes reservas de vida en vertederos de plástico”, lamentó Francisco
Y destacó que “hay que cuidar con esmero” el medio ambiente “pensando en las generaciones más jóvenes”. “¿Cómo podemos decir que creemos en los jóvenes, si no les damos un espacio sano para construir el futuro?”, añadió Francisco.
Agregó que “el futuro son los jóvenes”, pero que “hay muchos factores que los desaniman, como la falta de trabajo, los ritmos frenéticos en los que están inmersos, el aumento del coste de la vida, la dificultad para encontrar vivienda y, lo que es aún más preocupante, el miedo a formar una familia y traer hijos al mundo”.
El papa pide generar esperanza
Francisco constató que en Europa y en todo Occidente “asistimos a una triste fase descendente de la curva demográfica” y lamentó que “el progreso parece ser una cuestión de avances técnicos y de comodidades individuales, mientras que el futuro exige contrarrestar la disminución de la natalidad y el declive de las ganas de vivir”.
“La buena política puede hacer mucho en este sentido, puede ser generadora de esperanza. No está llamada a detentar el poder, sino a dar a la gente la posibilidad de esperar”, añadió.
El papa también abogó por promover la fraternidad y explicó que “todos estamos llamados a cultivar el sentido de comunidad, empezando por la búsqueda de quienes viven a nuestro lado”.
“Hoy, en Lisboa, Portugal os acoge de brazos abiertos”, dijo por su parte el presidente de Portugal, quien rescató el “testimonio” de “esperanza, de paz, de fraternidad” del papa y su lucha “contra el hambre, la miseria, la opresión, los abusos, la xenofobia, intolerancia y exclusiones de los desheredados de estos tiempos”.
“Portugal está, con la valentía de vuestro testimonio, al servicio de toda la humanidad”, añadió Rebelo de Sousa.