Acuerdo con Mercosur, la influencia china y Ucrania, las incógnitas de la cumbre UE-Celac

Las dificultades para cerrar el acuerdo alcanzado con el Mercosur tras dos décadas de negociaciones, la creciente influencia china en la región y la opinión crítica de Brasil, México y Argentina hacia los aliados en la guerra de Ucrania son importantes divergencias que previsiblemente afloren en la próxima reunión UE-Celac.

El presidente Mario Abdo Benítez participará en la cumbre UE-Celac.
El presidente Mario Abdo Benítez participará en la cumbre UE-Celac.

La III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), que tendrá lugar en Bruselas los próximos lunes y martes, será la primera de la presidencia española del Consejo de la UE y se celebra ocho años después de la última cita birregional.

“Lo interesante de la cumbre es que va a establecer prioridades estratégicas y armar una agenda nueva en la discusión birregional”, señala a EFE Juan Battaleme, director académico del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).

“La diversificación de los flujos comerciales, el acceso a los minerales críticos, la transición energética, la mitigación de los problemas climáticos y la lucha contra el narcotráfico son los temas que marcarán la agenda”, agrega.

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Pero buena parte de la atención está puesta también en quienes asistirán.

“Como Andrés Manuel López Obrador (presidente de México) no va, esto más bien será un show de (el presidente brasileño, Luiz Inácio) Lula da Silva . Alberto Fernández (de Argentina) va de salida, Gustavo Petro está muy complicado en Colombia, lo mismo que Gabriel Boric (Chile). Dina Boluarte (Perú) es una presidenta sin legitimidad, y no sé si irá Nicolás Maduro (Venezuela). No hay voces que puedan hablar por América Latina”, declara a EFE Patricio Navia, profesor titular de Estudios Liberales de la Universidad de Nueva York.

Acuerdo UE-Mercosur, una incógnita

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Una de las grandes incógnitas de la cita es si servirá para avanzar en el Acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), cuyas negociaciones se cerraron en 2019, pero cuya suscripción sigue estancada.

“Todos creen que el acuerdo sería muy útil, pero nadie tiene mucha fe en que ocurra. Esas negociaciones son lo mismo que las declaraciones a favor de la paz mundial en los concursos de belleza”, comenta Navia.

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“La mayor dificultad para cerrar el acuerdo -apunta Battaleme- es que aun cuando reporte beneficios, algunos sectores en las sociedades latinoamericanas hacen muy difícil de que se termine de concretar”.

“Un acuerdo estratégico entre la Unión Europea y América Latina es fundamental para ambas partes”, subraya a EFE Fernando Reyes Matta, director del Centro de Estudios sobre China de la Universidad Andrés Bello.

“Pero los 20 años de negociaciones demuestran que los acuerdos alcanzados no cuentan con los consensos necesarios (…) y por el camino se agregan tensiones nuevas”, como el rechazo de da Silva a eventuales sanciones de la Unión Europea a Brasil por la deforestación, agrega el diplomático y académico chileno.

Dos visiones sobre la guerra en Ucrania

“La guerra en Ucrania ha hecho crecer las diferencias que ya existían entre la UE y los países de Celac, que decidieron ponerle menos atención a las regresiones autoritarias en Venezuela y Nicaragua. La invasión rusa de Ucrania ha mostrado que estas dos organizaciones regionales tienen formas muy distintas de entender una misma realidad”, opina Patricio Navia.

“La Unión Europea se ha involucrado activamente del lado de Ucrania. América Latina habla de la guerra, pero no se involucra casi nada. La UE convierte sus dichos en acciones concretas; los países de América Latina, no”, considera el también profesor de la Universidad Diego Portales de Chile.

“América Latina es una región comprometida con la solución pacífica de las controversias”, recuerda en tanto Reyes Matta. “Hoy esa convicción aparece con fuerza frente a una Unión Europea que busca de los latinoamericanos un compromiso militar con Ucrania frente a la invasión rusa”, subraya.

Para el académico argentino Juan Battaleme, en América Latina “hay una mirada crítica hacia los efectos que la guerra ha tenido sobre las economías y la presión que ha supuesto” para la región.

“Sacando a Brasil, que increíblemente tiene una relación más sólida con Moscú, en general, las sociedades latinoamericanas son críticas hacia Rusia, pero el estamento político lo es menos (…), en América no nos sentimos emocionalmente involucrados en la guerra”, opina Battaleme.

La relación con China

“Tanto para Europa como para América Latina la construcción de un diálogo con China sustentado en la autonomía y la no alineación es fundamental”, pero “el principal desafío es entender que China no es hija de la Revolución Francesa”, enfatiza Reyes Matta.

A Europa, señala por su parte Battaleme, “le preocupa la pérdida relativa de influencia económica y política en la región”. Durante mucho tiempo ha sido un factor económico decisivo en América Latina “y ahora está entrampada en esa especie de guerra fría política y tecnológica entre China y Estados Unidos”.

“América Latina podría significar un componente clave en las aspiraciones de autonomía estratégica europea”, concluye.

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