Expresidente Samper: “el mayor peligro para la democracia es la polarización ideológica”

El expresidente de Colombia, Ernesto Samper (1994-1998), dijo, en Paraguay, que “el mayor peligro para la democracia es la polarización ideológica” que conduce a una “irracional” división de las sociedades de América Latina. Sobre el combate al narcotráfico, que permea los poderes de los estados de la región, indicó que “no hay que abandonar la responsabilidad de ir por los ‘tiburones’, que son las organizaciones criminales, los lavadores de dinero”.

El expresidente de Colombia Ernesto Samper coloca su firma a su llegada para participar del Foro Latinoamericano de las Ideas, en el Salón Teatro de la Conmebol en Asunción (Paraguay). Asunción acoge el Foro Latinoaméricano de las Ideas (FLI), que ha convocado a expresidentes de la región y es organizado por la Misión Presidencial Latinoamericana. EFE/ Daniel Piris
El expresidente de Colombia Ernesto Samper coloca su firma a su llegada para participar del Foro Latinoamericano de las Ideas, en el Salón Teatro de la Conmebol en Asunción (Paraguay). Asunción acoge el Foro Latinoaméricano de las Ideas (FLI), que ha convocado a expresidentes de la región y es organizado por la Misión Presidencial Latinoamericana. EFE/ Daniel PirisDaniel Piris

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¿Qué peligros afrontan las democracias en América Latina?

El mayor peligro, además de las denuncias frecuentes de fraudes (en las elecciones) es la polarización ideológica. El efecto que están produciendo algunas redes, a través de internet, dedicadas exclusivamente a la movilizacion y polarización ideológica, es la división de las sociedades de una manera pasional y no racional, y esto está haciendo mucho daño a las democracias.

¿A qué conduce? ¿A más desigualdad?

La desigualdad es estructural. La brecha digital misma se amplió con la pandemia. Hoy el 50% de los latinoamericanos no tiene acceso a internet, y quedan por fuera de los beneficios de la digitalización y la inteligencia artificial. Pero al margen de eso, ya a la democracia misma además de afectar sus condiciones de igualdad, porque esa desigualdad digital se traduce en que agrava las otras brechas –de género, entre el campo y la ciudad-, está creando una brecha mucho más profunda de enfrentamiento entre las sociedades que no le conviene a la democracia.

¿Qué factores impiden el desarrollo de la región?

Nuestra dificultad de ponernos de acuerdo. En el foro se insistió mucho en al necesidad de dejar de la lado la utilización de las ideologías para no sentarnos a buscar acuerdos sobre temas, que de hecho son comunes. Creo que ese el anhelo de la desideologización de las relaciones políticas e internacionales estuvo presente en el foro.

¿Cómo se combate al narco y otras mafias que han permeado los distintos poderes de un país?

Para nadie es un misterio que la dialéctica que utilizan estas organizaciones criminales es el “plomo o la plata”. Es decir, la violencia o la corrupción. Para eso hay que diseñar mecanismos legales y de inteligencia para poder combatirlas.

Lo que no podemos seguir haciendo es perseguir a los eslabones débiles de las cadenas de las drogas, como pueden ser los campesinos, los cocaleros, consumidores y microtrafico; y abandonar la responsabilidad de ir por los “tiburones” del tema, que son las organizaciones criminales.

No atacar solo a los débiles, sino a los sectores duros, que los narcotraficantes, los que exportan grandes cantidades y los lavadores de dólares. Todo lo que comienza cuando se coloca la droga al exterior.

¿De qué manera afecta a la región una crisis migratoria en tiempos de paz?

La palabra migración y migrantes creo que está desconceptualizada, porque mencionamos a la migracion y migrantes como un estigma, como que necesariamente son problemáticos. Hasta que casi acusamos a los migrantes de ser culpables de su propia migración. Creo que debemos comenzar a hablar de ciudadanía, de ciudadanía global, internacional. De hecho, en América Latina la gente podría reivindicar su derecho a moverse.

Es claro que las dificultades que, por ejemplo, se viven en Venezuela obligó a una gran cantidad de gente a salir. En Colombia tenemos alrededor de dos millones de venezolanos. Pero también es cierto que hubo 4 millones de colombianos en venenzuela que migró por el conflicto armado en Colombia.

Lo que tenemos que pensar es darle un tratamiento distinto a las migraciones. Crear las condiciones para que la gente se quede donde está. Es el ideal de todo gobierno, pero si eso no es posible, pues en Colombia hemos dado ejemplo de cómo se puede asimilar un flujo migratorio.

No creo que el tratamiento en general sea ponerle obstáculos para que no puedan circular, sino buscar fórmulas inteligentes para que puedan volver a sus orígenes o si se quedan lo hagan dignamente.

Una imagen de archivo del expresidente Juan Manuel Santos y el exlíder de las FARC, Rodrigo Londoño cuando en Colombia se firmó el acuerdo para poner fin a las guerrillas.
Una imagen de archivo del expresidente Juan Manuel Santos y el exlíder de las FARC, Rodrigo Londoño cuando en Colombia se firmó el acuerdo para poner fin a las guerrillas.

Sobre el conflicto armando y un proceso histórico ¿Cómo está Colombia luego de la firma de paz de 2016 con las guerrillas?

Colombia respiró con los acuerdos de paz de La Habana (Cuba) pero era una paz incompleta porque realmente faltaban algunas organizaciones al margen de la ley que reivindicaban, y que estaban buscando metas políticas, para las cuales se abieron procesos de diálogos, especialmente con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Quizás puedan haber otras organizaciones que estén en la misma situación y para aquellas organizaciones criminales ligadas al narcotráfico, que no tengan objetivos propiamente politicos, lo que se esta trabajando es una ley de sometimiento a la justicia, que no es negociar con ellos sino darles unas garantías de carácter jurídico para que se sometan voluntariamente; siempre y cuando respeten el principio de desarme y que no sigan afectando a la población civil.

Porque los que estan sufriendo en Colombia esta reactivación del conflicto, que se esta dando sin duda, son diez millones de colombianos que viven en los 15 o 16 territorios donde el conflicto armado no ha terminado. Y es esa poblacion civil la que nos interesa proteger en este momento. Por ello la condición sine quanon para cualquier negociación es que respeten a la población civil en el proceso de desmovilización.

¿Qué conclusión se lleva del foro latinoamericano de expresidentes?

Lo más importante, poder registrar que hay como un cambio de agenda en la región, que han aparecido nuevos temas de inquietud y de preocupación: de la soberania alimentaria, del cambio climtico, los ajustes por la revolucion de la inteligencia artificial.

Sin duda, esos cambios coinciden de alguna manera con lo que proponian los jóvenes, en ese momento que podemos llamar la “primavera latinoamerica” antes de la pandemia.

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