En los condados de Kent y Sussex estará prohibido regar los jardines, lavar los coches y llenar las piscinas a partir del 26 de junio y hasta nueva orden, informó la empresa distribuidora South East Water.
Quien lo haga podrá ser multado con hasta 1.000 libras (1.280 dólares).
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El verano pasado se impusieron restricciones de agua en todo el Reino Unido debido a una prolongada sequía.
En los últimos días, Inglaterra registró temperaturas muy elevadas para la región, de más de 32 ºC en el sur de Londres el pasado sábado.
En un país donde llueve regularmente todo el año, las precipitaciones son escasas desde hace varias semanas.
Prohíben regar y las temperaturas suben
Como consecuencia, la demanda de agua se disparó y algunas localidades se quedaron sin ella, lo que obligó a algunos colegios a cerrar clases.
“Hemos observado un aumento de la demanda de los clientes debido a las temperaturas más cálidas, pero esto ha repercutido en nuestra capacidad para garantizar el suministro a todos”, reconoció David Hinton, directivo de South East Water.
En este contexto, “no tenemos más remedio que introducir esta prohibición temporal”, agregó. “Esta situación se ha desarrollado mucho más rápidamente que el año pasado”, precisó en un comunicado.
También en Escocia, en el frío y lluvioso norte del Reino Unido, la agencia de protección del medio ambiente advirtió el viernes de la amenaza de una grave escasez de agua a finales de junio pese a las lluvias previstas para los próximos días.
“Nuestros ríos y lagos están sometidos a una enorme presión y está claro que se necesitarán medidas adicionales para protegerlos”, advirtió Nathan Critchlow-Watton, responsable de la agencia.