En presencia del jefe Osage, Standing Bear, que agradeció a Scorsese y a su equipo haber restaurado la confianza de su pueblo en los hombres blancos, Scorsese alabó la cultura de esta tribu india que en los años veinte del siglo XX sufrió una serie de asesinatos organizados por un grupo de desaprensivos que les querían robar los títulos de propiedad de sus tierras, ricas en petróleo.
Una gran película, tanto por la calidad de su cine como por su longitud (206 minutos), que contiene destellos de la clase de Scorsese y que es toda una lección del valor del cine clásico.
"Cuando me presentaron el guion entendí rápidamente que para acercarse a esta tribu había que hacerlo con mucho respeto", dijo el veterano realizador sobre el texto que adapta el libro de David Grann "Killers of the Flower Moon: The Osage Murders and the Birth of the FBI" ("Los asesinos de la luna. Petróleo, dinero, homicidio y la creación del FBI").
Los hechos, reales pero que solo ahora se empiezan a conocer entre el gran público en Estados Unidos, como señaló DiCaprio, ocurrieron en el condado Osage en Oklahoma, donde se concentraba la población de esta tribu nativa americana.
William Hale (De Niro) utilizó métodos mafiosos para ir asesinando a numerosos miembros de ese pueblo e implicó en ello a su sobrino Ernst (DiCaprio), casado con Molly (Lily Gladstone), una de las herederas.
Para preparar la película, Scorsese se reunió con diferentes representantes de los Osage de quienes aprendió "sus valores de respeto y de amor" y su profunda conexión con la tierra que, más allá de cuestiones políticas, les hace tener "una verdadera comprensión de cómo saber vivir en esta tierra".
El trabajo para poner en pie la película se vio interrumpido por la pandemia, pero ese descanso les permitió darse cuenta de que había que cambiar el enfoque de la historia.
DiCaprio, que en principio iba a interpretar a otro personaje, preguntó al director cuál era el centro de la historia y eso llevó a Scorsese a tratar de averiguar cuáles eran las preocupaciones de los Osage, entonces y ahora. "Y me dije, eso es la historia está en los personajes", precisó el realizador.
Al respecto, De Niro precisó que Scorsese y DiCaprio "querían un ángulo diferente, no que los buenos vinieran a salvar a las víctimas, eso algo que ya hemos hecho en otras películas".
"Lo que hace Scorsese (en el filme) es extraordinario. Hace salir el lado humano de los personajes más siniestros y crueles, subraya lo que hay de humano en cada uno", resaltó DiCaprio, que considera que la película es un "homenaje a la verdadera historia que ocurrió".
Para el actor ha sido muy importante "contar la historia de la comunidad Osage, estar junto a ellos para contar una tragedia personal para esa comunidad". Por eso, asegura que de la presentación oficial anoche del filme en Cannes guarda "imágenes mentales que no olvidaré jamás".
Junto a él Gladstone, una actriz que creció en la reserva india de los Blackfeet, y que se mostró orgullosa de que por fin el mundo entero pueda conocer lo que pasó con los Osage.
"Necesitamos a gente como Scorsese y DiCaprio, necesitamos aliados", afirmó Gladstone, que recordó que su abuela era contemporánea de su personaje, Molly, y le había hablado mucho de todas estas historias.
Y al hacer el filme -agregó- "me he encontrado a mí misma más que encontrar a Molly".
Mientras que para Standing Bear, lo esencial de este proyecto era lograr que la voz de los Osage "no se perdiera en la historia".
Una película que ha reunido de nuevo a DiCaprio con Scorsese, de quien el actor habló con mucho respeto y cariño.
"No solo su talento me ha transformado sino que me ha servido de modelo, no solo a mí sino a toda una generación de actores. ¿Qué puedo decir? que Martin Scorsese tiene una gran perseverancia" y que busca siempre contar la verdad aunque sea incómoda.
“Es un realizador singular de nuestra época y continúa haciendo cine que cuenta historias muy importantes, como es esta”, que llegará a los cines en octubre antes de poder verse en Apple TV.