En declaraciones a los periodistas en la sede del Gobierno en Tokio antes de partir hacia la ciudad del oeste del país para la cita multinacional, Kishida destacó la importancia de esta cumbre “en un momento crucial de la historia”, con la guerra ruso-ucraniana vigente y los roces con Pekín en aumento entre el bloque.
Kishida dijo que Japón, como presidencia de turno del Grupo de los Siete, aspira a "liderar a la comunidad internacional con determinación" en la resolución de conflictos.
El primer ministro japonés destacó lo significativo de celebrar la cumbre en su Hiroshima natal, la primera ciudad en la historia en ser objeto de un bombardeo nuclear que acabó con la vida de en torno al 30 % de su población en 1945.
"Hiroshima es una ciudad que fue destruida completamente y que basó su reconstrucción como símbolo de la búsqueda de la paz. Desde allí quiero mostrar ese compromiso con la paz entre los países del G7 y sus principales aliados", declaró Kishida antes de dirigirse al aeropuerto tokiota de Haneda para marchar rumbo a Hiroshima.
Está previsto que Kishida llegue en torno al mediodía a la región del oeste nipón, en la víspera del arranque de la cumbre que estará marcada por compromisos bilaterales con los invitados, entre ellos una reunión este mismo jueves con el presidente estadounidense, Joe Biden, para coordinar posturas de cara a las reuniones multilaterales.
Los líderes del G7, compuesto por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, celebrarán entre mañana, 19 de mayo, y el próximo domingo una cumbre de tres días en la que abordarán temas como la guerra en Ucrania, la creciente influencia de China o las recientes preocupaciones financieras por los colapsos bancarios y la extensión de la inteligencia artificial.
El grupo estará acompañado en esta ocasión por una cifra récord de participantes afines, entre los que se incluyen Brasil, la India, Corea del Sur o Australia, con quienes buscan estrechar su cooperación.