El enviado de la ONU para Siria -un puesto creado en 2012 para facilitar un acuerdo político que pusiera fin a lo que terminaría convirtiéndose en una guerra civil- , Geir Pedersen, dijo hoy que la situación para la población siria es insostenible y que el terremoto ha sido una llamada de atención de que la crisis en el país está lejos de terminar.
Pedersen recordó que antes no había ninguna esperanza de apertura de más cruces fronterizos para el suministro de ayuda humanitaria o de relajar en algo las sanciones internacionales, pero que a raíz del desastre se han dado pasos en ese sentido.
"El terremoto ha mostrado que hay pasos positivos que se pueden dar cuando hay voluntad política", comentó.
Los datos que se tenían antes del terremoto revelaban que 15 millones de personas (de una población total de 21 millones) en Siria necesitan ayuda humanitaria y que nueve de cada diez sirios viven en la pobreza.
"Ahora necesitamos que se aplique la misma lógica cuando se trata del proceso político. Esta semana el conflicto entrará en su décimo tercer año y repito lo que vengo diciendo cada año en estas fechas: no hay solución militar posible, pero sí hay una necesidad desesperada de alcanzar una solución política", continuó en una rueda de prensa en Ginebra.
El enviado especial dijo que el terremoto ha llevado de nuevo la atención de la comunidad internacional a Siria y que esta situación debe ser aprovechada para desbloquear el proceso de paz y que se reanude el trabajo de un comité mixto (Gobierno sirio y oposición) a cargo de la redacción de une nueva Constitución.
"Necesitamos que el Comité constitucional reanude su trabajo y no sea tomado como rehén de asuntos que no tienen nada que ver con Siria", señaló.
No obstante, Pedersen reconoció que las divisiones internacionales y sobre todo la guerra en Ucrania hacen imposible pensar en lo inmediato en una solución completa de la crisis siria, pero dijo que pese a esto hay que seguir trabajando por ésta.
"La guerra en Ucrania y su impacto no ayudan, pero el status quo no es aceptable, hay que avanzar, así que busco la manera de mover el proceso (político) hacia adelante", aseguró.
Reveló que una de las razones por las que el Comité Constitucional no se ha reunido desde mediados de 2022 es porque "los rusos no quieren venir a Ginebra, entonces el Gobierno sirio tampoco".
Rusia, que es el mayor aliado del régimen de Bachar al Asad en Siria, reprocha a Suiza haber hecho suyas las sanciones dictadas en su contra por la Unión Europa y considera que con esta posición ha perdido su posición de actor neutral.