“Cada vez es más evidente que el medio ambiente juega un papel clave en el desarrollo, la transmisión y la propagación” de la resistencia a los fármacos antimicrobianos (RAM), explica ese informe de la agencia de la ONU para el Medio Ambiente.
Esa antibiorresistencia es considerada una amenaza por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) , que teme que el mundo se dirija hacia una era en la que las infecciones habituales muten y empiecen a matar de nuevo.
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Se calcula que en 2019 un total de 1,27 millones de decesos podían ser atribuidos a infecciones resistentes a los medicamentos, indicó el informe.
De aquí a 2050 podrían producirse hasta 10 millones de muertes suplementarias cada año.
El abuso de los antibióticos forma parte de las causas de esa resistencia de bacterias, parásitos y virus en general. Pero también está “estrechamente relacionada con la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y de la naturaleza, así como la contaminación y los desechos”.
Contaminación
La contaminación, relacionada en particular con la industria farmacéutica y la agricultura, permite a los antimicrobianos invadir el medio ambiente, empezando por los ríos.
“Es un problema real, ya que los ríos son a menudo la fuente de nuestra agua potable” , explicó a AFP el microbiologista Jonathan Cox, de la universidad británica de Aston, que no participó en el informe de la ONU.
“Se trata de una pandemia silenciosa”, destacó.
La ONU propone entre las medidas de combate a ese problema el reciclaje de las aguas usadas de laboratorios farmacéuticos y hospitales.