Los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que operan en las áreas de Siria en manos de la oposición, informaron en su cuenta de Twitter de que el superviviente, identificado como Ali, fue salvado hoy sobre las 6.00 hora local (3.00 GMT), más de un día después del seísmo principal o serie de vibraciones.
El joven había quedado atrapado bajo los escombros del edificio de cinco plantas en el que residía en la aldea de Millis, y nada más que su cuerpo comenzó a emerger de entre las ruinas del edificio sin aparentes lesiones de gravedad, socorristas y vecinos estallaron en gritos de “Dios es grande”.
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Según se puede ver en un vídeo del rescate difundido por los Cascos Blancos, Ali enseguida comenzó a abrazar con fuerza a los efectivos que le sacaron y pudo salir por su propio pie hacia la ambulancia que le esperaba, aunque despacio y con ayuda de dos rescatistas.
En otra nota de esperanza, el grupo de voluntarios también divulgó hoy la historia de Harun, un niño al que describieron como un “héroe” por la “valentía” que demostró durante la operación para rescatarle de las ruinas de su casa en la localidad de Jindires, en la provincia de Alepo.
Un joven y un niño rescatados
El menor fue recuperado anoche de debajo de un gran bloque de cemento, con vida y consciente, aunque visiblemente debilitado, de acuerdo con imágenes del operativo difundidas por los Cascos Blancos en su cuenta de Twitter.
Los trabajos continúan contrarreloj en las áreas opositoras de Idlib y Alepo, las más cercanas a la frontera con Turquía, donde se originaron los seísmos, y en ellas se han contabilizado ya 740 muertos y 2.100 heridos, mientras que el balance en toda Siria asciende a 1.552 fallecidos y 3.549 heridos.