Tetsuya Yamagami, de 42 años, fue detenido el 8 de julio de 2022 tras disparar mortalmente a Abe con un arma de fabricación casera similar a una escopeta mientras el veterano político participaba en un acto electoral en las calles de la ciudad de Nara (oeste).
Yamagami, residente en esa ciudad, fue detenido en el lugar de los hechos. Abe murió horas después, a los 67 años, a causa de las hemorragias causadas por el impacto de varios proyectiles.
El autor del magnicidio, exmilitar, fue trasladado hoy a las dependencias policiales del cuartel general donde se está llevando a cabo la investigación del caso y la fiscalía de Nara tendría previsto acusarlo formalmente de asesinato antes del vencimiento del período de detención el día 13, según informó la cadena pública NHK.
Yamagami ha sido sometido a un prolongado examen psicológico para tratar de determinar si se encontraba en pleno control de sus capacidades y puede ser penalmente responsable del magnicidio, un punto que se espera que constituya una pieza central en el juicio.
Según el artículo 39 del Código Penal nipón, si se determina que el autor de un crimen no estaba en plenas facultades mentales puede recibir una condena reducida, mientras que si tales acciones fueron producto de locura o enajenación "no están sujetas a castigo".
Con base en los resultados y teniendo en cuenta la premeditación del tiroteo (el arma era de fabricación casera y el detenido estudió el calendario de mítines de Abe), la fiscalía de Nara considera que Yamagami era mentalmente competente en el momento del suceso, según los detalles que han trascendido de la investigación.
Yamagami habría cometido el crimen por resentimiento hacia la Federación de Familias por la Paz y la Unificación del Mundo, un controvertido credo religioso más conocido como Iglesia de la Unificación o "Secta Moon", con el que creía que Abe tenía vínculos.
El detenido habría contado a los investigadores que su madre realizó años atrás cuantiosas donaciones al grupo que la habrían llevado a la quiebra y desestructurado su familia.
El asesinato de Abe desencadenó una exhaustiva investigación sobre el credo y sus profundos vínculos con la esfera política japonesa, y dio altavoz en meses recientes a víctimas del grupo religioso.
Yamagami ha despertado simpatía entre algunos nipones y en los últimos seis meses ha sido el destinatario de donaciones económicas por valor de más de un millón de yenes (unos 7.000 euros), así como de regalos como ropa o dulces, entre otros, según reveló recientemente a la prensa local su tío, que recibe en su domicilio los envíos que no se pueden almacenar en el centro de detención.