El escritor mexicano Antonio Ortuño, autor de la novela “La fila india”, que aborda la migración centroamericana señaló que la literatura no ofrece soluciones a este tipo de problemas que aquejan al mundo pero sí puede hacer preguntas y señalar la realidad.
El autor reveló que al escribir el libro intentó mostrar “el vacío y la hipocresía” de los discursos institucionales cuya publicidad “maquilla realidades espantosas” y hace como si no existieran.
Abogó por que quienes hacen arte rescaten las historias de quiénes son los migrantes y de dónde vienen para generar una mejor protección de este fenómeno que aqueja no solo a América Latina sino a Europa y África.
La fotógrafa chilena Ginnette Riquelme, y quien ha dedicado parte de su trabajo a retratar a los migrantes, afirmó que la imagen que los medios de comunicación ofrecen acerca de quienes dejan su país sigue siendo de personas “sufridas, vejadas, maltratadas”.
“Aunque la migración es dura tenemos que mostrar esa imagen en la que esa persona tiene una historia detrás, mostrar qué hace o qué busca, qué quiere hacer y cómo se ve a sí mismo al quedarse en un país como México”, indicó.
El cineasta Samuel Kishi, director de la premiada cinta “Los lobos” consideró que la empatía es fundamental para retratar la migración desde cualquier ángulo, pues tienen una responsabilidad al intentar contar este tipo de historias.
La jefa de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones, Dana Graber Ladek afirmó que México es uno de los países que más disposición tiene para mejorar las condiciones en que los migrantes cruzan el país, pero el trato hacia ellos tiene que ver también con cómo los percibe la sociedad.
Recordó que esta organización dependiente de la Organización de las Naciones Unidas creó la Academia global de medios y migración para combatir los prejuicios y frenar los discursos de odio hacia las personas migrantes y al cual pueden tener acceso los periodistas, profesionales de la comunicación y organizaciones que atienden a este sector de la población.
La FIL concluye este 4 de diciembre con un nutrido programa que incluye 620 presentaciones de libros, 3.000 actividades literarias, académicas y científicas y la asistencia de 600 autoras y autores de 45 países.