Mediante dos acuerdos separados, Butterfield adquirirá clientes de CST con sede en Singapur, Bahamas y Guernsey (una de las Islas del Canal), mientras que Gasser, un bufete de abogados, se quedará con otra parte del negocio de la división de Credit Suisse para gestionarlo desde Liechtenstein, indicó el banco en un comunicado.
CST continuará operando con un número "limitado" de clientes, aunque el banco suizo proyecta cerrar completamente el negocio en unos pocos años, según la nota empresarial.
El anuncio se produce en un momento de transición para el banco, envuelto en diversos escándalos y con fuertes pérdidas en los últimos años que han desembocado en una reestructuración de su plantilla (incluyendo el puesto de consejero delegado, asumido en agosto por Ulrich Koerner en sustitución de Thomas Gottstein).
En el caso concreto de la gestión de fortunas, hace unos días el exprimer ministro georgiano Bidzina Ivanishvili denunció a CST ante los tribunales de Singapur de haberle generado pérdidas de 1,27 millones de dólares.
Ivanishvili defendió que la subsidiaria de Credit Suisse no tomó los pasos necesarios para proteger su patrimonio del fraude cometido en su día por un intermediario que actuaba entre él y el banco.