Visten de blanco, ocultan sus rostros tras las mascarillas y las pancartas que portan y, salvo por algunos hombres, son todas mujeres en la veintena.
Las han convocado en el centro de Seúl para manifestarse en contra de lo que consideran una importante omisión de los políticos que concurren a las presidenciales del 9 de marzo.
"Sin opciones, no es un verdadero derecho al voto" rezan muchas de sus cartelas.
Durante buena parte de la campaña, los dos principales candidatos -que llegan prácticamente empatados a la votación-, el conservador Yoon Suk-yeol y el liberal Lee Jae-myung, han tratado de ignorar los pésimos indicadores en materia de igualdad del país.
Entre otras cosas, Corea del Sur, donde solo el 56,2 % de las mujeres percibe sueldo, tiene la peor brecha salarial de toda la OCDE, ya que ellas ganan de media un 37 % menos.
A eso se suman la normalización de la violencia y el acoso sexual, con fenómenos como el "molka" (colocación de cámaras ocultas para distribuir imágenes íntimas de mujeres) o casos como el de la red desmantelada en 2020 que operaba a través de Telegram para extorsionar, abusar y violar a mujeres, muchas menores, con los expertos denunciando la laxitud de las penas o la ausencia de la materia de igualdad en las aulas.
"Creo que el tema más urgente ahora mismo es la violencia contra las mujeres en esta sociedad de base patriarcal", cuenta una universitaria de 22 años que ha acudido a la manifestación.
"¡No tengáis miedo de lo que piensan los hombres! ¡Somos ciudadanas también!", corea una de las organizadoras.
Pero el miedo existe: la protesta ha cambiado de lugar a última hora ante la amenaza de boicot y la universitaria entrevistada pide no mirar directamente a cámara y no dar su nombre porque, al igual que el resto de las convocadas, teme represalias.
"Tengo miedo de mostrar mi cara porque los antifeministas pueden identificarme y hacerme 'ciberbullying'", cuenta la joven.
Y es que a lo anteriormente citado se suma ahora un alza del antifeminismo -cuando no directamente misoginia- de manos de grupos de hombres que se dicen discriminados por los movimientos igualitarios.
Estos colectivos se ven jaleados por los mensajes de políticos como Lee Jun-seok, presidente del conservador Partido del Poder Popular (PPP) al que representa el candidato Yoon.
A falta de solo una semana para las elecciones, el liberal Lee, que inicialmente había dicho que tocar el tema de la igualdad de género en campaña era tan delicado como "cocinar un pez globo", apostó por fortalecer su postura abiertamente en el último debate televisado.
Entre otras cosas, atacó a Yoon por su promesa de cerrar el Ministerio de Igualdad de Género y Familia por fomentar la "discriminación inversa".
Una encuesta reciente señala a los hombres en la veintena y la treintena como aquellos mayoritariamente a favor de eliminar esta cartera, precisamente el grupo al que más han apelado Lee Jun-seok y Yoon y que, ante lo apretado de las encuestas, ha puesto en guardia a Lee Jae-myung.
La periodista y documentalista Kang Hae-ryung resalta que "los varones de 20-30 son votantes indefinidos" y que en unas presidenciales tan apretadas como estas van a ser clave.
"Están frustrados económicamente por razones estructurales y, pese a que las mujeres sufren aún más esta realidad económica, están dejándose convencer por el mensaje de que el feminismo es malvado y les va a quitar derechos", añade.
Seungsook Moon, profesora de sociología de la Universidad de Vassar, advierte que los factores detrás de este antifeminismo "son muy complejos".
Pero destaca que "al igual que en la mayoría de las sociedades industrializadas, tanto hombres como mujeres en la veintena estás más formados que sus padres y se han preparado mucho para la vida adulta, pero el resultado de la reestructuración económica global y la globalización ha socavado su seguridad laboral".
Moon considera que el contraste para los varones jóvenes con sus padres es muy duro: "durante mucho tiempo un hombre con un título universitario solía tener una gran seguridad laboral. Por eso creo que los varones sienten que tienen una privación relativa mayor".
Esa frustración y enfado los lleva, como pasa en muchos casos, a buscar un culpable, en este caso el feminismo, "un chivo expiatorio fácil", indica Moon.
De este modo, es más fácil culpar al feminismo que a los problemas estructurales, las realidades económicas o los movimientos de capital, coinciden en subrayar la periodista y la socióloga.
Los expertos señalan a políticos, grupos de presión cristianos o grandes grupos de comunicación, mayoritariamente conservadores en Corea del Sur, como responsables de este aumento del antifeminismo en un país mayoritariamente tradicionalista.
“La misoginia está presente en diferentes generaciones de hombres y mujeres en Corea y, desafortunadamente, ahora ha encontrado su espacio ideal en internet”, lamenta Kang.