Aunque el prefecto de la capital prohibió cualquier concentración en la ciudad desde mañana hasta el próximo lunes, las redes sociales mantienen el llamamiento a manifestarse en París, en un movimiento que se ha inspirado en el bloque de Ottawa provocado por camioneros canadienses.
Las fuerzas del orden han reforzado la seguridad en París con la llegada de nuevas unidades de policía y gendarmería, para prevenir posibles actos violentos como los que hace varios años protagonizaron los llamados "chalecos amarillos".
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Muchos de los líderes de aquel movimiento, que fue perdiendo fuerza a medida que pasaron los meses, están ahora al frente de este nuevo desafío a las autoridades.
Esta vez son las medidas del Gobierno para contener la pandemia y las adoptadas para fomentar la vacunación, como el llamado pase vacunal, las que han servido de detonador de la nueva protesta.
Movilización
Cientos de vehículos han comenzado a poner rumbo a la capital desde distintos puntos del país y, en su trayecto por las ciudades cuentan con ir sumando nuevos adeptos, para acabar convergiendo en París y ofrecer una demostración de fuerza.
Al contrario que en Canadá, donde la protesta está protagonizada por camioneros, que se quejan de medidas sanitarias que les afectan expresamente, en Francia se organiza en automóviles ocupados por personas que rechazan el pase vacunal.
El primer ministro, Jean Castex, se negó a asociar esas marchas con la palabra "libertad" y dijo que "el derecho a manifestar no significa derecho a bloquear", según dijo en unas declaraciones en la televisión pública France 2.
Al tiempo, aseguró que el Ejecutivo será "firme" si deciden bloquear la capital acusó a ciertos partidos políticos de querer sacar partido de la fatiga que las restricciones por la pandemia provocan en la población.
“No es el convoi de la libertad, es el de la vergüenza. No son patriotas, son irresponsables”, afirmó en la televisión LCI el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Clement Beaume.